La capital del Estado de México es una de las ciudades más cercanas a la CDMX, y aunque muchas veces pasa desapercibida en nuestro radar turístico y gastronómico, tiene varios rincones que merecen mucho la visita. Uno de ellos es Moradores, un restaurante en Toluca que se presenta como un hogar que recibe a sus comensales como invitados de honor con un concepto que honra las raíces mexicanas, un interiorismo sofisticado que transmite una atmósfera acogedora y con un menú honesto y apapachador.
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Como parte del compromiso por honrar el sitio en el que se encuentra, Moradores se encuentra en una casa restaurada de casi cien años en el corazón de Toluca, a solo unos pasos del jardín Zaragoza y de la antigua fábrica cervecera. Uno de los ejes fundamentales que guió el trabajo del despacho de arquitectos WORC en el trabajo de recuperación del inmueble fue devolverle al espacio su propósito y atmósfera original: ser una casa familiar. Y es que Moradores no es solo un restaurante más en Toluca, sino un proyecto que busca ser un punto de encuentro donde la comida, el arte y la arquitectura funcionen como un aglutinador comunitario para reunir a las personas.
El interiorismo de este restaurante en Toluca es una belleza que se vale de distintos tonos de verde tanto en los textiles como en las plantas que proliferan por todo el espacio para crear una atmósfera relajante y hogareña que invita a prolongar la sobremesa en sus cómodos sillones y en su precioso jardín. Moradores abre sus puertas desde temprano para servirle a los madrugadores un buen café y los desayunos mexicanos imperdibles, como chilaquiles, enmoladas poblanas —servidas con chips de plátano— y ‘empipianadas’ cubiertas en el pipián tradicional del sur del Estado de México.
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En la cocina de Moradores se trabaja con ingredientes locales de la mejor calidad para traer a la mesa platillos típicos de la gastronomía del Estado de México, ejecutados de forma magistral por los chefs Francisco Arellano y Mauro González. Los dos objetivos principales que guían esta cocina son rendir homenaje a Toluca y consentir los sentidos, trayendo así al menú recetas como el provoleta asado —con mermelada de jitomate, pimientos, espinaca frita, chile pasilla y tortilla de harina— y los sopecitos de mollejas —de maíz azul, frijoles puercos, mollejas de res al mojo de ajo y salsa negra de habanero—.
Finalmente, vale la pena destacar que Moradores colabora periódicamente con artistas y galerías locales para cubrir sus paredes con obras de arte y contribuir al circuito cultural de la ciudad. Muchas veces, estas obras abonan al propósito de reconocer y honrar los paisajes, actividades y tradiciones del Estado de México, creando así una sinergia entre los platillos, el espacio y el arte.
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