Enclavado entre las montañas de Hidalgo se ubica un destino de múltiples encantos, considerado como el Pueblo Mágico ‘más alto de México’, e inclusive el lugar donde se jugó el primer partido de fútbol registrado. Como muchos Pueblos Mágicos cerca de la CDMX, es perfecto para disfrutar unas vacaciones llenas de historia y tradición, ya que en su centro histórico se puede apreciar una preciosa arquitectura de inspiración inglesa que sin duda alguna hará sentir a sus visitantes como si recorrieran un poblado lejano.
Real del Monte es uno de los Pueblos Mágicos en Hidalgo que no puede pasarse por alto, ya que ofrece todo lo necesario para disfrutar unas vacaciones únicas y llenas de patrimonio nacional. Asentado a 2760 msnm, se considera como el Pueblo Mágico más alto de México, con una serie de atractivos que abarcan desde su imponente entorno montañoso hasta un patrimonio arquitectónico de influencia europea.
Si bien se fundó bajo el nombre de Mineral del Monte, se conoce más popularmente como Real del Monte, esto gracias a que en tiempos del Virreinato se les denominaba Real a algunos territorios en el dominio de la corona española, y desde entonces comenzó a llamársele de esa manera. Otro dato curioso es que, a pesar de fundarse desde, el Pueblo Mágico recibió una fuerte migración inglesa en 1824, cuya influencia todavía se puede apreciar a través de sus diversas construcciones y estilos arquitectónicos.
Un claro ejemplo de esto es su Panteón Inglés, un precioso cementerio cuya visita se ha convertido en una de las actividades imprescindibles en el Pueblo Mágico, construido durante el siglo XIX y manteniéndose como testimonio tangible de la migración en Real del Monte. Otro punto de interés importante es el Museo de Sitio Mina de Acosta, parada obligatoria para conocer la importancia histórica y el pasado minero del lugar.
Además de su belleza arquitectónica, este precioso destino en Hidalgo se conoce por su increíble gastronomía, que abarca tanto especialidades nacionales como platos de influencia inglesa, siendo de los más conocidos sus pastes; se dice que éstos llegaron a México alrededor de 1824 como un pastelillo horneado inglés que después se elaboraría con rellenos mexicanos, desde pollo con mole hasta cajeta.