Quienes adoran ‘salir a dar la vuelta’ y hacer su vida a pie en la CDMX coinciden en algo: los camellones son uno de los grandes atinos urbanísticos de esta ciudad. Además de proveer un espacio seguro para los transeúntes, estos carriles en medio de las avenidas muchas veces suponen también un área verde que funciona a modo de parque lineal, con árboles y plantas que interrumpen el concreto para abrir paso a la vida. Aquí te dejamos algunos de los camellones más bonitos de la ciudad para pasear tranquilamente un fin de semana (todos están cerca de restaurantes y sitios de interés para aprovechar la caminata).
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Camellón de Álvaro Obregón
El camellón de Álvaro Obregón es probablemente uno de los más famosos y transitados de la CDMX, pues se encuentra en el corazón de la colonia Roma. Esta es una de las avenidas más antiguas de la ciudad, pues su primera traza apareció en el siglo XVIII, cuando este terreno todavía formaba parte de una enorme hacienda a las afueras de la ciudad. Hoy en día, podemos pasear por el camellón y encontrar edificios tan emblemáticos como Casa Lamm, el Edificio Balmori y la Casa del Poeta —donde vivió Ramón López Velarde—, centros culturales como el Museo del Objeto y algunas galerías, así como montones de restaurantes, bares y cafeterías como Cantina Monte Rey, Licorería Limantour y Supra Roma Rooftop. Además, en tu recorrido podrás descubrir fuentes y unas cuantas esculturas que suelen pasar desapercibidas cuando transitas la avenida en coche.
Camellón de Amsterdam
Uno de los camellones más bonitos en la CDMX que bien merecen un recorrido es el de la calle de Amsterdam en la Conesa. Esta avenida se destaca por su curiosa forma elíptica, la cual es el último vestigio de la pista del antiguo Hipódromo Condesa —además del nombre de la colonia—, así como por la arquitectura Art Decó de muchas de las construcciones que rodean esta calle. Con una longitud de casi dos kilómetros, alrededor de esta avenida encontraremos sitios tan icónicos para continuar con tu recorrido a pie como el Parque México y la Plaza Popocatépetl.
Camellón de Horacio
Cuando pensamos en Polanco, la primera gran avenida que se nos viene a la mente es Masaryk con sus tiendas de lujo y sus restaurantes high end. Sin embargo, no podemos olvidar que esta es una zona muy residencial con otras avenidas más tranquilas e incluso más agradables para pasear los fines de semana. Tal es el caso de Avenida Horacio, cuyo camellón se extiende desde el Periférico hasta Mariano Escobedo en un recorrido que en primavera se cubre de jacarandas y pasa frente a lugares como el Palacio de Hierro, el templo de San Agustín e incluso la estación de metro Polanco. A lo largo del recorrido seguro encontrarás muchos puestos de flores y gente paseando con sus perros y sus carreolas.
Camellón del Boulevard de la Luz
Si nos vamos al sur de la ciudad, en el Pedregal encontrarás otro de los camellones más bonitos de la CDMX. Entre la avenida Jardines del Pedregal y la calle de Agua, se despliega un parque lineal con un andador perfecto para salir a correr o a caminar, así como banquitas para sentarse a descansar, un plan particularmente apetecible los fines de semana, pues se reduce el tráfico en los carriles que lo flanquean y aumenta el número de personas que pasan a pie por aquí. Si bien se trata de una zona residencial, aquí podrás encontrar restaurantes de todo tipo como Sud 777, Oku, Alesia Mediterráneo y Pizzería Cancino.
Camellón de Paseo de la Reforma
Finalmente, uno de los camellones más bonitos de la CDMX por los que seguramente has paseado alguna vez es el de Paseo de la Reforma, desde Campo Marte hasta llegar a Chapultepec. Este sendero también funge como ciclovía, pero es lo suficientemente ancho como para que todxs circulen con tranquilidad. Pasear por aquí es un agasajo, pero además es muy práctico pues atraviesa una de las zonas más concurridas de la ciudad. A lo largo de este recorrido inmerso entre los árboles encontrarás el Auditorio Nacional, la entrada a la primera sección del Bosque de Chapultepec, el Jardín Botánico, el Museo de Arte Moderno, el Museo Tamayo y el Museo de Antropología, por nombrar solo algunos. Además, este camellón pasa justo frente a algunos de los hoteles de lujo más famosos de la ciudad, por lo que es un atractivo turístico por el que suele pasar la gente incluso a altas horas de la noche.