Hace casi mil años, a las orillas del lago de Pátzcuaro se alzaba una de las ciudades más poderosas del Imperio Purépecha. A pesar del tiempo que ha pasado y de la historia que se ha seguido escribiendo en su tierra, Tzintzuntzán es uno de los actuales Pueblos Mágicos de Michoacán, un lugar que mantiene vivo su legado prehispánico a través de sus tradiciones, sus sitios arqueológicos, su gastronomía y sus artesanías. Ubicado a solo media hora de Pátzcuaro y a una de Morelia, este es un destino que no puede faltar en tu itinerario cuando visites el estado.
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Qué ver en Tzintzuntzán
Pasear por las calles de Tzintzuntzán es como viajar en el tiempo. Como sucedió con la mayoría de las ciudades de las culturas prehispánicas a la llegada de los españoles, este lugar pasó de ser un importante asentamiento purépecha a convertirse en una ciudad colonial de gran relevancia. De hecho, esta fue la primera capital de Michoacán. Hoy en día, ninguna visita está completa sin visitar el convento de Santa Ana —que hoy está dedicado al culto a San Francisco—, un imponente edificio de estilo barroco plateresco que conserva grabados prehispánicos y murales al fresco de los siglos XVII y XVIII.
Por supuesto, otra parada imperdible es el Centro Ceremonial Las Yácatas, una antigua ciudad purépecha que consta de cinco templos erigidos en el siglo XIII escondida en medio del bosque. Durante aquella época, Tzintzuntzan era la capital del Señorío Tarasco, residencia del Irecha o Cazonci (el rey). Se sabe que esta ciudad contenía los espacios rituales más importantes, así como edificios religiosos y administrativos desde donde se controlaban las actividades de todo el imperio.
Cocina tradicional purépecha
Incluso la gastronomía típica de Tzintzuntzán es herencia de su brillante pasado purépecha. Si recordamos que este pueblo en Michoacán se encuentra a orillas del lago de Pátzcuaro, no es sorpresa entonces que la cocina local se base predominantemente en ingredientes acuáticos. Charales, carpa, lobina, tilapia, así como el clásico pescado blanco del lago, los cuales se suelen preparar en churipo —caldo de chile rojo y carne—. Si lo prefieres, también puedes probar el posuti (una sopa picante de carne de cerdo y elote), o bien las típicas carnitas de Michoacán.
Cuándo visitar Tzintzuntzán
Cabe destacar que aunque Tzintzuntzán es un destino que vale la pena visitar en cualquier época del año, hay fechas particularmente especiales para disfrutar de los rituales y las fiestas tradicionales. La primera es la Fiesta del Señor del Rescate, la cual se celebra el primero de febrero con las típicas danzas de viejitos, bailes y fiestas que rememoran aquellas que se celebraron durante los primeros años de la colonia. La Semana Santa también trae consigo celebraciones dignas de ver, sobre todo la salida de ‘los espías’ el miércoles santo, y la Procesión del Señor del Santo Entierro el viernes santo, en el cual participan nueve Cristos de pasta de caña de maíz de distintos puntos del área lacustre.
Finalmente, Tzintzuntzán es un destino particularmente famoso para visitar el Día de Muertos, pues durante estas fechas se puede ser testigo de la riqueza de sus tradiciones. Desde la cacería de pato para preparar los platillos de la noche, hasta el montaje del altar para los Angelitos y el ritual de velación en el panteón. Esta fiesta conjuga creencias milenarias que se mezclaron con los principios católicos tras la llegada de los españoles, pero conserva influencias de los rituales funerarios de la época prehispánica, e incluso ha sido catalogada como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO. Otro ritual típico de esta zona es el festejo de Todos los Santos, que se celebra con la representación del juego de pelota con fuego como se hacía en la época purépecha.
