Mucho se habla de la Laguna de los siete colores y el cenote que se encuentra en ella y poco del Canal de Piratas, ubicado también en Bacalar. Sin embargo, este destino natural goza de tal belleza que nada tiene que envidiarle a otros destinos cerca de la zona. Tanto así que esta ‘alberca natural gigante’ es, hoy en día, uno de los rinconcitos menos explorados en Quintana Roo pero, en el pasado, fue uno de los sectores más importantes para la civilización maya. Si quieres saber por qué, ¡continúa leyendo!
El Canal de Piratas ubicado en los límites de la Laguna de Bacalar y el Río Hondo, fue un importante canal de comunicación que la civilización maya construyó para que distintos pueblos originarios de la región norte y sur pudieran conectarse de un lado a otro y de esta manera practicar su famoso trueque. Sin embargo, con la llegada de los españoles a tierras mexicanas, este destino se convirtió en un pasaje comercial entre el continente europeo y la Nueva España.
Tras haberse convertido en un pasaje comercial de suma importancia, su nombre cambió y fue conocido como el Canal de Salamanca. Debido al gran atractivo que este resultaba tanto para los españoles y, según cuenta la leyenda, los piratas que llegaban hasta aquí, los ataques entre ambos se volvieron muy frecuentes. Sobre todo porque aprovecharon la importancia de este punto comercial para explotar la riqueza maderera y así reparar sus embarcaciones o construir nuevas.
Actualmente el Canal de Piratas en Bacalar, es poco explorado, sin embargo, la belleza de sus aguas turquesas y su arena suave y fina, lo han convertido en una parada obligada para los viajeros que desean explorar esta zona. Para llegar aquí es necesario llegar a la Laguna de Bacalar y de ahí trasladarse en lancha, velero e incluso kayak. Mientras se va andando por el sitio, llama la atención un barco de cemento abandonado–anteriormente iba a ser un restaurante–. Ahora este bello sitio es ideal para esnórquel, nadar, realizar algún tour y disfrutar del excepcional clima y paisaje.