Es imposible predecir cuándo se va a ir la luz, y aunque los apagones le ponen pausa a muchas de nuestras actividades cotidianas —desde responder correos del trabajo hasta frenar nuestras sesiones de binge watching—, este no es el fin del mundo. Estas son algunas cosas que hacer cuando se va la luz que harán que el tiempo pase volando (y que disfrutes este rato sin electricidad).
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Hacer las tareas domésticas pendientes
A veces, eso que parece un contratiempo puede ser también una oportunidad para concentrarnos en las tareas que, por una u otra razón, nunca encontramos el tiempo para completar. Desde limpiar el baño a profundidad, barrer debajo del sillón y desempolvar tus libreros, hasta remendar esa camisa que lleva años sin un botón, hay montones de tareas atrasadas que podemos ir liberando sin necesitar de encender todas las luces de la casa (sobre todo si es de día). Para cuando vuelva la electricidad, tu casa será otra y tu lista de pendientes estará mucho más desahogada.
Spa a la luz de las velas
En esta época de correos electrónicos y mensajes de WhatsApp incesantes, a veces es difícil recordar que nos merecemos un descanso. Los apagones nunca han sido más revitalizantes que ahora, pues son un freno absoluto a todos esos compromisos sociales y laborales que nos impiden tener un momento para nosotrxs mismxs. Esta es la oportunidad que estabas esperando para encender todas las velas aromáticas que tengas en casa, ponerte una mascarilla y acostarte a escuchar música relajante hasta que regrese la luz.
Tener una serie o película descargada en tu computadora
Sabemos que es prácticamente imposible predecir cuándo se va a ir la luz, pero bien dicen que más vale ser prevenidx y estar preparadx para este tipo de situaciones. Si bien es cierto que muchas de las formas de entretenimiento dependen del wifi y de la corriente eléctrica, bastará con tener la computadora bien cargada y una serie o película descargada para sentarse a disfrutar mientras esperas a que regrese la luz.
Jugar un juego de mesa
Si hay más de una persona en casa, aprovechen para convertir este rato en tiempo de calidad y divertirse un poco con algún juego de mesa. Desde Uno hasta Monopoly, esta es una actividad que hará que el tiempo pase volando. Si estás solx, no te preocupes: puedes jugar solitario o incluso armar un rompecabezas, que además de ser bastante entretenido, también es una buena forma de relajarse y bajar el estrés.
Salir a caminar y tomar fotos
¿Se fue la luz y no tienes nada que hacer en casa? Entonces sal a dar un paseo. Además de ser un buen ejercicio, caminar nos ayuda a despejar la mente e incluso a conocer mejor el lugar donde vivimos. Puedes ir al parque, por un café, a alguna biblioteca cercana, o simplemente deambular por las calles en busca de alguna novedad y a practicar tus habilidades con la cámara fotografiando pequeños detalles y momentos cotidianos.
50 preguntas con tu pareja
Es bien sabido que la primera regla para pasar tiempo de calidad con tu pareja es evitando las distracciones como las notificaciones del celular y el vórtice de las redes sociales. Si bien cuando se va la luz, algunas actividades se complican, la convivencia adquiere un potencial aún mayor. Puedes aprovechar los apagones para jugar el clásico juego de preguntas para conocerse mejor o simplemente para iniciar una conversación basada en la curiosidad y que no tenga nada que ver con los quehaceres del día a día. Desde descubrir el nombre de su primera mascota o discutir sobre sus películas favoritas, hasta ahondar en los detalles que más disfrutan de su relación, cuando vuelva la luz estarán más unidos que nunca.
Escribir
Independientemente de si tenemos una veta de escritor o no, escribir es una actividad terapéutica que nos ayuda a conocernos mejor y desenredar lo que nos sucede dentro. Es una de esas típicas tareas de terapia que siempre evadimos por falta de tiempo, pero que una vez que empiezas a hacer, parece que no puedes detenerte. Por otro lado, si tienes por ahí una vocación literaria, este es un buen momento para vaciar la cabeza y experimentar con cuentos, poesía o ensayo, o incluso escribir una buena historia de terror a la luz de las velas.
