En la actualidad, la experiencia de ir a un nuevo restaurante va más allá de probar una cocina digna de recordarse. Ahora, el lugar, el mobiliario, la decoración, el servicio, la presentación y originalidad de los platillos juegan un papel fundamental para lograr enamorar a los comensales.
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Hace solo unas semanas, un nuevo concepto abrió sus puertas en la Juárez. Se trata de Kiss Kiss, un restaurante de cocina fusión asiática y acentos mexicanos que no solo cautiva a sus visitantes a través de la unión perfecta entre México, China y Japón en sus creaciones culinarias, sino que se distingue por su decoración urbana y detalles únicos, como una barra donde en lugar de bancos, podrás sentarte en divertidos columpios para disfrutar de unos drinks con un toque de nostalgia al recordar tu infancia.
El lugar es increíble, con luces por doquier, letreros neón y materiales como bambú y concreto –para hacer alusión a las calles de Asia–. Durante tu vista, te recomendamos comenzar con un cóctel llamado «El Pecado de Oyuki», preparado con ginebra, jarabe de fresa, jugo de limón, kalpis y puré de lychee.
Como entrada, te sugerimos compartir unos Camarones Kari Kari, los cuales hacen alusión a la cultura mexicana por medio del puré de aguacate, sin dejar atrás el giro asiático, ya que los sirven rebozados y les agregan un toque de siracha y salsa de anguila. Para el punto ácido, los sirven con vegetales encurtidos, creando un perfecto balance.
Posteriormente, tienes que probar los «Ton Tuna», tostadas de won ton con atún macerado en salsa ponzu y jengibre, con puré de frijol, pepino persa, aguacate y col morada encurtida.
Para el plato fuerte, no puede faltarte el pecho de cerdo Nikonda, horneado durante 48 horas y parrillado en salsa oriental. La carne es tan suave que se deshace y cuenta con un intenso sabor a Asia. Lo sirven con cebolletas al mezcal para ese toque nacional.
Si deseas cerrar con broche de oro, no habrá mejor elección que un «Amai», won ton de frutos rojos con crema de coco, helado de lychee y azúcar de jamaica.
Kiss Kiss es un refugio de cocina oriental que permanece en la memoria no solo por su extraordinaria fusión de sabores, sino por sus interiores urbanos que emula las calles de ciudades como Hong Kong y Tokio para construir una experiencia única.
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