Año con año, la Ciudad de México recibe oleadas de turistas deseosos de recorrer sus calles, conocer la cultura local, visitar sus museos y probar su gastronomía. Sin embargo, como locales, muchas veces nos olvidamos de que nuestra ciudad no es solo el lugar donde vivimos, trabajamos y estudiamos, sino que despliega un universo de posibilidades dignos de descubrir con la misma ilusión que las ciudades que no conocemos. Estos son algunos planes para disfrutar de las mejores vacaciones en la CDMX, incluso si vives aquí.
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Hospedarte un fin de semana en el hotel Zócalo Central
Sin duda, una de las mejores formas de vivir la CDMX como si estuvieras de vacaciones es hospedándote en el Centro Histórico. Además de sus amenidades de lujo y su arquitectura clásica, el hotel Zócalo Central ofrece una ubicación privilegiada frente al zócalo capitalino. Hospedarse aquí brinda la oportunidad perfecta para estar cerca de los puntos más turísticos de la ciudad —como Palacio Nacional, el Templo Mayor, la Catedral Metropolitana, Bellas Artes, el Palacio de Correos, el MUNAL, entre otros—. Te recomendamos subir a probar el menú degustación del restaurante Balcón del Zócalo en el rooftop del hotel, pues su cocina de autor marida de maravilla con las vistas de la catedral iluminada.
Da un paseo en globo sobre Teotihuacán
Teotihuacán es otro imperdible en cualquier itinerario de viaje a la CDMX, de modo que tampoco puede faltar en tus planes para lograr un ‘staycation’ memorable. Se trata de una de las zonas arqueológicas más grandes del país, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y ubicada a solo 45 kilómetros de la CDMX. Una de las mejores maneras de redescubrir el esplendor de la Calzada de los Muertos, el Templo de Quetzalcóatl y la Pirámide de la Serpiente Emplumada es desde las alturas, desde la comodidad de la cesta de un globo aerostático.
Relájate en un onsen japonés en Ryo Kan
A solo unos pasos de Reforma, Ryo Kan es un hotel japonés que te hará sentir como si hubieras cruzado el Pacífico para visitar el país del sol naciente. Además de su atmósfera serena, su estética minimalista y sus habitaciones que ofrecen una auténtica experiencia nipona, en ese hotel también encontrarás el único onsen japonés en la ciudad. Estos sitios están diseñados para recrear la experiencia de las aguas termales, con aguas mineralizadas y a por lo menos 25 grados centígrados. Por si fuera poco, el onsen de Ryo Kan cuenta también con hidromasaje, terapia de luz y sales de baño, de modo que son todo lo que necesitas para pasar las vacaciones más revitalizantes sin salir de la CDMX.
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Camina por el Corredor Peatonal Madero
Ningunas vacaciones en la CDMX están completas sin una caminata por el Corredor Peatonal Madero en el Centro Histórico, el cual va desde Bellas Artes hasta el zócalo y ofrece un recorrido por toda la historia de nuestra ciudad. Puedes subir al mirador de la Torre Latinoamericana, comer en la Casa de los Azulejos, entrar a los múltiples museos que se encuentran sobre esta calle y subir a tomar algo a la terraza del Hotel Majestic.
Prueba un chile en nogada de Angelopolitano
Aunque el chile en nogada no es chilango, no hace falta viajar a Puebla para encontrarlos en los menús de casi todos los restaurantes mexicanos de la ciudad. No obstante, Angelopolitano se toma la tarea muy en serio, y el chef Gerardo Quezadas diseña un menú con opciones para absolutamente todos los gustos —el tradicional capeado o sin capear, el relleno de quinoa y hasta uno de carne de búfalo—. Sin duda, este es uno de los clásicos de temporada que no pueden faltar en tu itinerario foodie.
Ve el amanecer desde un kayak en Xochimilco
Este barrio milenario al sur de la CDMX existe desde antes que la ciudad misma, caracterizado por sus canales y el legendario sistema de chinampas que desde hace siglos alimenta a la población del Valle de México. Hoy en día, es uno de los lugares más turísticos de la capital mexicana, pero por las mañanas todavía se puede percibir su encanto místico mientras recorres sus aguas en un kayak para apreciar cómo la luz va transformando el paisaje en un espectáculo sublime.