Día de Muertos está a la vuelta de la esquina y estamos súper felices de que las calles otra vez brillen con el cempasúchil y las ofrendas en todas partes. Entre papel picado, pan de muerto, y platillos típicos, las ofrendas se consolidan como una expresión de amor tan pura como nostálgica. Y es que no importa si pones una ofrenda para tus mascotas, familiares, o tus artistas favoritos, los hogares se llenan de calor en cuanto el altar está terminado. Desde luego, tratándose de una tradición tan larga, los elementos que deben estar presentes en una ofrenda se han modificado con el tiempo; sin embargo, existen algunas cositas que nunca pueden faltar, y las calaveritas dulces son una de ellas.
¿Cuál es el origen de las calaveritas dulces?
Las calaveritas dulces son de hecho una tradición de lo más versátil pues, al menos en la actualidad, puedes encontrar distintas presentaciones. Desde las típicas calaveritas de azúcar y amaranto, hasta las deliciosas calaveritas de chocolate que seguro amas tanto como nosotras. Sin embargo, si no sabes el origen de esta dulce tradición, es posible que te sorprenda saber que es una forma diferente de incorporar los cráneos humanos que solían colocarse en el tzompantli en la antigüedad. Esta era la manera en que se recordaba a los muertos y no fue sino hasta la conquista que, con la llegada del azúcar, estos cráneos fueron reemplazados por calaveritas dulces de azúcar.
¿Y las calaveritas de amaranto?
Sin embargo, su versión de amaranto tiene una historia un tanto diferente. Existen registros de que las culturas mesoamericanas, específicamente los aztecas, hacían figuras de amaranto moldeadas con la ayuda de la miel y eran ofrendadas a los dioses. Pese a que el azúcar se volvió uno de los principales ingredientes para la elaboración de las calaveritas dulces, con el tiempo estas figuras de amaranto evolucionaron de modo que siguen formando parte de nuestras tradiciones, aunque sea de una forma un poco distinta.
¿Y dónde quedan las calaveritas de chocolate?
Aunque el chocolate forma parte de la tradición mexicana desde hace siglos, las calaveritas dulces de chocolate son una adición relativamente reciente a la rica historia de este dulce típico. Y se trata de un ejemplo de la multiculturalidad que actualmente caracteriza a México pues es parte del legado del famoso chocolatero belga Eddy van Belle combinado con el descubrimiento del Huei Tzompantli en el lugar que había destinado para poner un museo de chocolate en la CDMX.
Ahora sabes un poco más sobre el origen de las calaveritas dulces y estamos seguros de que, la próxima vez que veas una, podrás romper el hielo con quien sea compartiendo estos datos. Y quizá también termines apreciando aún más su dulce sabor.