Era una cárcel en CDMX y hoy es un palacio que resguarda ‘la memoria’ de México

En la delegación Venustiano Carranza, al oriente de la Ciudad de México, entre escuelas y vecindades, se alza un edificio que parece sacado de un cuento con torres y muros imponentes. Es el Palacio Negro de Lecumberri, un castillo de piedra construido en 1900, que, durante décadas, albergó a los delincuentes más peligrosos de México, conocida también por sus condiciones inhumanas y las historias macabras que sus reclusos contaban. Sin embargo, hoy este mismo edificio, que alguna vez se consideró uno de los más avanzados de su época, se ha convertido en un espacio dedicado a la memoria histórica y al conocimiento: el Archivo General de la Nación. Su imponente arquitectura, que conserva el sello del Porfiriato, ahora contrasta con la tranquilidad de un archivo que puedes visitar y explorar. ¿Te atreves a descubrir una de las ex cárceles más temidas de México?

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El Palacio Negro de Lecumberri como sacado de un cuento oscuro. Foto: FB Víctor González
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Palacio de Lecumberri, hoy Archivo General de la Nación. Foto: Shutterstock

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Ex cárcel de Lecumberri

El Palacio de Lecumberri fue construido durante el gobierno de Porfirio Díaz con la idea de modernizar el sistema penitenciario de México y centralizar a todos los prisioneros en un solo lugar. La ambición era crear una prisión modelo, avanzada para su tiempo, que cumpliera con estrictos estándares de disciplina y organización. Su diseño fue un tanto innovador, con una estructura semicircular en el centro, lo que permitía a los guardianes tener una visión clara de todas las celdas, un concepto de ‘panóptico’ que permitía supervisar a los prisioneros desde un solo punto. Pronto Lecumberri se convirtió en un símbolo del poder y la modernidad del régimen porfirista. Su arquitectura imponente y su ubicación estratégica lo convirtieron en uno de los edificios más destacados de la CDMX. La prisión contaba con 804 celdas, talleres, enfermería, cocina, panadería, e incluso una sección dedicada al gobierno, servicios médicos y salas de espera.

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Palacio de Lecumberri, construido en 1900. Foto: FB INEHRM
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Torre de vigilancia del Palacio de Lecumberri. Foto: Shutterstock

El Palacio Negro

En sus celdas estuvieron recluidos personajes clave de la historia del país, desde revolucionarios como Emiliano Zapata, Pancho Villa y Ricardo Flores Magón, hasta políticos disidentes y criminales comunes. Incluso algunos artistas y escritores pasaron por allí, como el poeta José Revueltas, quien reflejó sus experiencias en su obra literaria. David Alfaro Siqueiros también estuvo preso en varias ocasiones por sus ideas radicales y su participación en movimientos sociales. Y, curiosamente, hasta Juan Gabriel, acusado injustamente de robo y encerrado durante 18 meses. Pero Lecumberri no solo fue hogar de personajes célebres: también albergó a los criminales más buscados del país, como los hermanos Soler, que se convirtieron en leyendas del hampa mexicana. A pesar de su moderno diseño inicial, la prisión se transformó en un lugar de hacinamiento, enfermedades y violencia, donde los reclusos vivían en condiciones inhumanas, sometidos a torturas y con un sistema de justicia negligente. La sobrepoblación, la mala alimentación, la corrupción y la falta de atención jurídica hicieron de Lecumberri un lugar de desesperanza. En 1976, después de casi un siglo de funcionamiento, la prisión cerró sus puertas, dando paso a una transformación radical.

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Interior del Palacio de Lecumberri. Foto: FB Víctor González
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Celda recreada de David Alfaro Siqueiros en el Palacio de Lecumberri. Foto: Shutterstock

De cárcel a Archivo General de la Nación

En 1982, el Archivo General de la Nación abrió oficialmente sus puertas en las instalaciones de la antigua cárcel de Lecumberri, que fue renovada para adaptarse a su nueva función, pero conservando parte de su estructura original, lo que le da un toque único. Hoy en día, este lugar guarda millones de documentos históricos que cuentan la historia de México, desde la época colonial hasta el presente. Entre estos documentos se encuentran actas de nacimiento, matrimonios y defunciones, mapas, planos, fotografías, correspondencia y muchos otros materiales de gran valor histórico. El archivo está abierto al público y cuenta con salas de consulta donde investigadores y curiosos pueden acceder a estos tesoros para realizar estudios. Por ejemplo, si estás interesado en conocer más sobre tu familia, puedes encontrar actas de nacimiento, matrimonios y defunciones de tus antepasados.

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De cárcel a Archivo General de la Nación. Foto: Shutterstock
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Un palacio que resguarda ‘la memoria’ de México. Foto: Shutterstock

Recorrido por una ex cárcel

Las celdas originales, que alguna vez albergaron a prisioneros, ahora forman parte del recorrido turístico que permite a los visitantes conocer tanto la historia de la prisión como la del Archivo General de la Nación. De hecho, en uno de sus pasillos, puedes ver recreada la celda de David Alfaro Siqueiros, en la misma prisión donde estuvo encarcelado, como parte de la exposición ‘Siqueiros. Encarcelar la llamarada’. Una de las particularidades del lugar es su estructura, que incluye un gran patio central, las celdas originales, y la famosa torre que servía para la vigilancia. Aunque gran parte de la infraestructura se adaptó para cumplir con las necesidades del archivo, se han conservado algunos elementos que recuerdan su pasado penitenciario. Además, el archivo organiza exposiciones, conferencias y talleres que buscan difundir el conocimiento histórico y promover la investigación. Puedes visitarlo de lunes a viernes, de 9:00 a 6:00 p.m.

Dirección: Héroe de Nacozari #113, Venustiano Carranza.
Página: gob.mx/agn  

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Un museo que era cárcel. Foto: Shutterstock
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Palacio de Lecumberri. Foto: FB Archivo General de la Nación (AGN)

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