Cuando Porfirio Díaz quiso modernizar la Ciudad de México decidió recurrir a arquitectos e ingenieros extranjeros que pudieran traer nuevas ideas y técnicas constructivas. Entre ellos, destacó Adamo Boari, un ingeniero civil italiano que, gracias a su experiencia en grandes proyectos, rápidamente llamó la atención de las autoridades mexicanas. Boari, conocido por su capacidad para combinar estilos clásicos con toques modernos, se convirtió en uno de los arquitectos más influyentes de la época porfiriana. Si bien su obra más conocida es el imponente Palacio de Bellas Artes, su legado arquitectónico en México va mucho más allá. A lo largo de su carrera, Boari dejó una serie de edificios que, aún hoy, sorprenden por su elegancia y originalidad. ¿Cuántos ya conoces?
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Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento en Guadalajara
Este templo fue el primer gran proyecto encargado al arquitecto Adamo Boari en México. La construcción comenzó el 15 de agosto de 1897, con la colocación de la primera piedra, pero debido a la Revolución Mexicana, la obra se retrasó y no se completó hasta 1972, 75 años después. Este templo es uno de los ejemplos más impresionantes de la arquitectura religiosa de Boari, quien se inspiró en las catedrales góticas europeas, especialmente en la de Orvieto, Italia. Su estilo neogótico se refleja en las torres, que albergan un carillón con 25 campanas, en los arcos ojivales, las vidrieras de colores, las bóvedas de crucería y la ornamentación escultórica. Se utilizó principalmente cantera rosa de Guadalajara, un material que le da un tono cálido y una textura porosa, junto con mármol, bronce y madera. El interior es amplio y luminoso, con grandes ventanales y vitrales con ilustraciones que cuentan historias de la Biblia y dejan entrar mucha luz natural.
Palacio Postal en la Ciudad de México
El Palacio Postal es uno de los edificios más bonitos y emblemáticos de la Ciudad de México. Su construcción comenzó en 1902 y se inauguró en 1907, siendo el único edificio que Boari vio completarse en México. Este edificio es un magnífico ejemplo de arquitectura ecléctica, combinando estilos como el gótico, el plateresco y el Art Nouveau. Boari se inspiró en la arquitectura del gótico veneciano y el gótico isabelino, pero adaptándolos al contexto mexicano. Su fachada principal está llena de detalles ornamentales, como gárgolas, pináculos, arcos ojivales y un reloj monumental. Se utilizaron materiales de alta calidad, como cantera de Chiluca, mármol, bronce y hierro forjado, lo que le da una gran elegancia y durabilidad. El interior del Palacio Postal es igualmente impresionante, con grandes salones, escaleras majestuosas y una decoración rica en detalles, como los hermosos murales de Bartolomé Gallotti, que cuentan la historia del correo en México.
Cúpula del Templo San Miguel Arcángel en Atotonilco el Alto, Jalisco
Este templo es otro ejemplo de la influencia de Adamo Boari en la arquitectura religiosa mexicana, aunque su participación fue más limitada que en el Templo Expiatorio de Guadalajara. La Parroquia de San Miguel Arcángel, en Atotonilco el Alto fue fundada en 1618, pero en el siglo XIX, el arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras intervino en su diseño, destacando especialmente la torre. La contribución más importante de Boari al templo fue en la cúpula. Fue él quien diseñó y supervisó la construcción de esta imponente estructura, conocida por su elegancia y proporciones perfectas. La cúpula aporta un toque de modernidad al templo, fusionando elementos neoclásicos con detalles ornamentales propios del Art Nouveau. Su decoración, con molduras, relieves y otros adornos, le da un aire sofisticado y refinado.
Catedral de Matehuala en San Luis Potosí
Boari era católico y mantenía buenas relaciones con la Iglesia en su país, lo que le facilitó establecer vínculos con altos miembros de la Iglesia en México. De hecho, fue el Obispo de San Luis de Potosí quien lo contactó para encargarse del proyecto de la Catedral de Matehuala, un trabajo que coincidió con la construcción del Palacio de Bellas Artes. Para la catedral, Boari se inspiró en una iglesia neorrománica de Lyon, Francia. La construcción comenzó en 1906, y el edificio destaca por su fachada gótica bizantina y su icónico rosetón de diez metros de diámetro. También cuenta con arcos ojivales, bóvedas de crucería y vidrieras de colores. Se utilizaron principalmente cantera, ladrillo y otros materiales locales. Sin embargo, al igual que muchas obras de la época, la construcción se vio interrumpida por la Revolución Mexicana. No fue hasta mediados del siglo XX que se concluyó el altar, la nave sur y los laterales.
¡Conoce el legado arquitectónico de Adamo Boari en México!