¿Dónde sueñas jubilarte? Para miles de extranjeros –más de 13 mil, para ser exactos– que trabajaron duro toda su vida, el retiro perfecto no está en la playa ni en una gran metrópoli, sino en un pueblito tranquilo, pintoresco y con uno de los mejores climas del mundo: Ajijic, en Jalisco. De los ocho municipios que rodean el Lago de Chapala, Ajijic es el único con la denominación de Pueblo Mágico, y eso ya dice mucho. Aunque conserva ese aire relajado y tradicional de los pueblos mexicanos, su comunidad es cada vez más internacional: no es raro escuchar más inglés que español en sus calles empedradas, llenas de arte con murales coloridos y árboles con flores que adornan las aceras. Pero esto es solo una probadita de lo que ofrece Ajijic, sigue leyendo y descubre por qué este Pueblo Mágico atrae a nuevos habitantes de todos los rincones del mundo.


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Un paseo por el centro de Ajijic
Empecemos por el centro de Ajijic, con arte y color por todos lados. La plaza principal es un buen punto de partida, con su kiosco al centro que de inmediato llama la atención por sus barandales decorados con figuras de animales del Lago de Chapala. Dentro del kiosco, destaca una escultura de corazón pintada con elementos identitarios del pueblo, y en cada esquina de la plaza encontrarás troncos tallados como tótems, también con motivos locales. Alrededor hay puestecitos con fruta de la región como pitayas, mangos y frutos rojos. A un lado de la plaza está la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, la primera que se construyó en Ajijic en 1531. Y a solo una calle está la Parroquia de San Andrés Apóstol, que alguna vez fue uno de los hospitales más importantes del occidente y después fue convertida en iglesia. Vale mucho la pena entrar a conocerla.


Justo afuera de la parroquia te encontrarás con otra joya artística: el Mural de los Muertos del artista Efrén González. Es toda una pared de la primaria Marcos Castellanos cubierta con calaveras de barro rojo y casi mil nombres que honran a personas que vivieron en el pueblo. En Día de Muertos se llena de velas y se ve espectacular. Otro espacio imperdible es el Centro Cultural de Ajijic, con murales coloridos en casi todas sus paredes, exposiciones de arte y un pequeño teatro. Y si caminas por la calle Colón, la principal del pueblo, pasarás por galerías de arte, joyerías de plata y tiendas de ropa hecha a mano, bordada en manta o tejida en telares de pedal. Incluso puedes ver a los artesanos trabajando al aire libre. Ajijic es así: arte y belleza en cada rincón.


El malecón del Pueblo Mágico de Ajijic y su belleza natural
Al final de la calle Colón te espera uno de los grandes tesoros de Ajijic: su malecón, con una vista espectacular del Lago de Chapala y banquitas a lo largo del camino para disfrutar del paisaje. El malecón está adornado con árboles de tabachín que en primavera se llenan de flores rojas. También hay puestecitos con antojitos locales como chapulines, acociles o charales empanizados y enchilados. No faltan las micheladas con clamato para acompañar el paseo. Está el Parque de la Amistad con juegos infantiles y las típicas letras de ‘Ajijic’ para la foto del recuerdo. Pero la belleza natural de Ajijic no se termina aquí. El pueblo está rodeado de cerros y montañas, y uno de los más conocidos es el Cerro Chupinaya, al que muchos suben para hacer ejercicio. En temporada de lluvias, se forman cascadas naturales donde la gente se mete a refrescarse. El agua de esas cascadas baja por las calles hasta llegar al lago y por eso Ajijic significa ‘donde se derrama el agua’.



Un pueblo mexicano con comunidad internacional
Aunque la identidad mexicana sigue presente en cada rincón, con la llegada de tantos extranjeros Ajijic se ha vuelto más cosmopolita, y eso se nota en su vida diaria. Sobre todo en su oferta gastronómica especializada en restaurantes de comida internacional, desde china y tailandesa hasta italiana y argentina. Tampoco faltan las opciones veganas. Y como es de esperarse, los menús suelen estar en español e inglés. Otro gran ejemplo de esta mezcla cultural es The Lake Chapala Society, una organización fundada en 1955 por un grupo de residentes extranjeros que querían integrarse y aportar a la comunidad local. Su sede está en pleno centro de Ajijic, en un terreno donado por Neill James, y hoy es un punto de encuentro para extranjeros y locales por igual. Ahí se ofrecen clases de inglés, español, arte, fotografía, yoga, meditación, tai chi, danza, entre muchas otras. También organizan conciertos, festivales y actividades para promover el intercambio cultural. El espacio es amplio, con un jardín precioso, salones, un foro al aire libre y hasta cafetería.


Dónde Hospedarse en el Pueblo Mágico de Ajijic
Si ya estás pensando en conocer Ajijic, una gran opción para hospedarte es el Hotel Real de Chapala, uno de los más conocidos y con más tradición en la zona. Tiene una ubicación privilegiada, justo a orillas del Lago de Chapala, y muchas de sus habitaciones tienen acceso directo al lago. El hotel combina arquitectura mexicana con detalles coloniales, sus jardines son amplios y están llenos de árboles frondosos de mangos. Cuenta con dos albercas, una climatizada y con jacuzzi. Dentro está el restaurante Azulejos, abierto al público, donde los fines de semana arman un delicioso buffet. Es un lugar perfecto para descansar y disfrutar de la tranquilidad y belleza de este destino. El Pueblo Mágico de Ajijic lo tiene todo: arte, naturaleza, buena comida, clima perfecto y ese ritmo pausado que invita a quedarte. No es casualidad que tantos extranjeros hayan decidido hacer de este rincón su nuevo hogar.
Dirección: Paseo del Prado 20, Fraccionamiento La Floresta, Ajijic, Jalisco
Página: realdechapala.com


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