Aunque al verlas en fotos fácilmente podríamos pensar que se trata de vestigios arqueológicos, la realidad es que las Cabezas Gigantes de Querétaro –oficialmente llamadas Cabezas Gigantes de Escolásticas– son arte contemporáneo. Mucho más recientes de lo que podrías imaginar, estas esculturas fueron creadas en 2014. Se encuentran en la barranca de El Matambre, dentro de la comunidad de Escolásticas, en el municipio de Pedro Escobedo, un lugar famoso por su tradición y maestría en el trabajo de la cantera. Aunque en redes sociales el sitio se ha vuelto cada vez más popular, dicen que nada se compara con verlas en persona: ahí, en medio de la naturaleza, como si hubieras tropezado con un tesoro milenario.


¿Cómo llegar a las cabezas gigantes de Querétaro?
La barranca de El Matambre, donde se encuentran las Cabezas Gigantes de Escolásticas, está a solo 40 minutos de la capital de Querétaro. Para llegar, hay que tomar la carretera 400 Querétaro–Huimilpan y detenerse a la altura del kilómetro 26, en una zona natural rodeada de barrancas, enormes peñascos y un arroyo. Ahí se deja el auto para continuar a pie: unos 15 minutos de caminata en terreno plano y luego cuesta abajo por caminos empedrados. El último tramo puede parecer un poco retador, pero vale la pena; solo asegúrate de llevar calzado cómodo. El sendero ya cuenta con varios señalamientos que te guían hasta las esculturas. Tras un descenso de unos 500 metros, te encontrarás cara a cara con las imponentes cabezas, en un escenario inmejorable, rodeado de naturaleza y riscos.


¿Quién hizo las Cabezas Gigantes de Escolásticas?
Como ya adelantábamos, estas cabezas fueron esculpidas en 2014 por dos artesanos canteros de la comunidad de Escolásticas: Martín Nieto Uribe y Fernando Arévalo Uribe. Su idea era crear un atractivo turístico para el municipio, más allá de su reconocida tradición de exportar cantera. Se trata de dos esculturas de aproximadamente metro y medio de longitud: la más grande representa un rostro femenino inspirado en la Virgen de Guadalupe y la otra, un hombre con rasgos indígenas. Ambas están talladas en cantera negra, –el material más característico de la zona– y, según sus creadores, son un homenaje a la cultura y los antepasados de la región.


Algunas recomendaciones para tu visita
Eligieron la barranca como escenario porque la consideran un lugar digno y especial, perfecto para que familias y visitantes disfruten del entorno y, de paso, se acerquen al arte de la cantera que distingue a Escolásticas. Las esculturas tardaron cerca de un año en completarse y, desde entonces, han despertado gran curiosidad. Eso sí, se pide respeto: está prohibido subirse a ellas para conservarlas en buen estado. Si después de conocerlas quieres profundizar en el trabajo de sus creadores, puedes visitar el Taller de Cantera Arévalo, donde elaboran piezas inspiradas en culturas prehispánicas y cabezas tipo olmeca. Así, no solo te llevarás una buena caminata y fotos impresionantes, sino también la oportunidad de conocer de cerca un arte que forma parte del corazón de Querétaro.


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