A menos de una hora de Guadalajara, se despliega un paraíso de vistas imponentes que, vistas desde el ángulo correcto, pueden ser el escenario más romántico de todos. Estamos hablando de la barranca de San Cristóbal, cuyas mejores panorámicas se pueden observar desde un jacuzzi que sobrevuela el acantilado en el hotel boutique Defranca. Con su arquitectura inspirada en las haciendas coloniales, sus jardines y miradores, este hospedaje podría ser el destino más romántico sin alejarte demasiado de la capital tapatía.
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Un hotel para parejas al filo de una barranca
Recluido al borde de la barranca, el hotel boutique Defranca deslumbra con sus panorámicas de ensueño. Y es que por cada puerta y ventana se cuelan postales preciosas, desde mares de nubes hasta sublimes atardeceres, o bien, salas acogedoras amuebladas con una estética antigua que nos remite a las clásicas haciendas de la época virreinal. Vale la pena mencionar que Defranca es un hospedaje solo para adultos, pues está diseñado para ser un santuario para parejas que buscan alejarse del bullicio de la ciudad en un entorno privado e íntimo.
Con solo 15 habitaciones, este pequeño paraíso ofrece un servicio personalizado y todo lo que necesitas para una estancia ultra romántica y placentera, como un restaurante, alberca climatizada, jardines y miradores. Tampoco podemos dejar de mencionar el spa Allevia, que próximamente abrirá sus puertas para consentir a los huéspedes de Defranca con distintos masajes y tratamientos.
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Un jacuzzi en las nubes y otras actividades para enamorados
Si te escapas a este hotel boutique a menos de una hora de Guadalajara, asegúrate de agendar alguna de estas actividades románticas para sacarle todo el provecho a tu visita. Defranca ofrece experiencias como una cena a la luz de las velas en una locación privada con vista a la barranca, un masaje en las cabañas privadas del spa, o dar un paseo por los jardines del hotel,
Sin embargo, pocos lugares en Jalisco ofrecen las vistas que se pueden apreciar desde el jacuzzi del hotel boutique Defranca. Se encuentra justo al borde de la barranca de San Cristóbal, suspendido sobre un paisaje natural que va evolucionando a lo largo del día. Lo mejor de todo es que puedes reservar esta exclusiva experiencia incluso si no te hospedas en el hotel. La actividad es para dos personas y tiene una duración de dos horas. Incluye servicio de mesero, agua fresca, botanas y dos copas de vino.
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Un restaurante panorámico
Finalmente, tenemos que hablar también de Tejol, el restaurante del hotel boutique Defranca. Su propuesta gastronómica fusiona la riqueza de la cocina mexicana tradicional con un enfoque contemporáneo. La carta incluye platos reconfortantes, panadería artesanal y postres que se sirven recién salidos del horno. Pero además del menú, Tejol brilla por su ubicación en medio del campo para comer en un entorno íntimo y rodeado de naturaleza. El restaurante está abierto tanto para huéspedes como para el público general desde las 9:00 a.m. hasta las 8:00 p.m.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Sitio Web: defranca.mx