México es tan diverso que tiene rincones que ni siquiera parecen ser de aquí. Son esos lugares que te hacen sentir como si hubieras viajado miles de kilómetros, cuando en realidad nunca saliste del país. Y ahí está lo mágico: descubrir espacios que se salen de lo ‘típicamente mexicano’, pero que en esencia siguen siendo parte de nuestra identidad. Desde pueblos que parecen europeos, paisajes que recuerdan a Canadá, escenarios exóticos, zonas arqueológicas inesperadas o desiertos que podrían estar en África, estos lugares en México que parecen de otro país demuestran que México tiene de todo.


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Val’Quirico
Val’Quirico, en Tlaxcala y muy cerca de Puebla, está inspirado directamente en la región de La Toscana, en Italia. No es un Pueblo Mágico, sino un complejo turístico y residencial diseñado para parecer un pueblo medieval europeo. No tiene siglos de historia sino que fue construido sobre los terrenos de una antigua hacienda ganadera y abrió sus puertas en 2014. Sus edificios están hechos con materiales rústicos como piedra, adobe, madera y ladrillo que imitan la arquitectura de las villas antiguas. Las calles empedradas, las plazas, los arcos y toda la ambientación buscan recrear la vida de la campiña europea. Además de pasear y sentirte en plena Toscana, encontrarás una gran variedad de restaurantes de cocina italiana, mexicana e internacional, cafés, tiendas de artesanías, galerías de arte, joyerías y muchas opciones de hospedaje. También es un spot muy popular para eventos, paseos a caballo o en bicicleta y, claro, para tomar fotos, porque es un lugar extremadamente fotogénico.


Creel
Por su arquitectura rústica, la nieve invernal y su ubicación entre bosques de pino y formaciones rocosas, Creel te transporta fácilmente al noroeste de Canadá o a los Montes Apalaches de Estados Unidos, aunque sin perder ese toque mexicano que lo hace único. Este Pueblo Mágico, enclavado en lo alto de la Sierra Madre Occidental en Chihuahua, es conocido como la puerta de entrada a las Barrancas del Cobre, su mayor atractivo. Desde aquí puedes visitar el Divisadero y disfrutar vistas espectaculares de un sistema de cañones incluso más extenso y profundo que el Gran Cañón de Arizona. El pueblo tiene una vibra de comunidad maderera y ferroviaria, con cabañas de madera, construcciones rústicas y una vida cotidiana que gira alrededor de la estación del tren Chepe. También es un punto ideal para acercarte a la cultura rarámuri, famosa por sus artesanías y su tradición como grandes corredores. Muy cerca también está el Valle de los Monjes, el Valle de los Hongos y el Valle de las Ranas, donde la erosión ha tallado rocas muy peculiares. Por todo esto, Creel es uno de esos lugares en México que parecen de otro país.


Cascadas de Tamul
Las Cascadas de Tamul son la joya de la Huasteca Potosina y sorprenden porque su paisaje recuerda mucho a los escenarios tropicales del Sudeste Asiático. El agua tiene un tono azul turquesa tan intenso como el de las islas de Tailandia, y el cañón está rodeado por una vegetación selvática espesa que podría confundirse con la de Vietnam o Filipinas. Esa combinación de agua brillante, paredes de roca y selva crea un ambiente que, a primera vista, parece sacado de otro continente. Para disfrutar este lugar, la experiencia más común es tomar un recorrido en panga o canoa impulsada por guías locales que remontan el caudaloso río Tampaón. El trayecto en sí ya es un paseo escénico: navegas entre paredes verticales de roca, vegetación exuberante y agua cristalina. Al final, la panga se acerca lo más posible a la caída de la cascada, permitiéndote admirarla desde abajo, en una experiencia que se siente como estar en otro país aunque lo mejor es que ni siquiera tienes que salir de México.


La Quemada
Las ruinas prehispánicas de La Quemada, en Zacatecas, sorprenden porque parecen sacadas de un sitio arqueológico en Perú o incluso del Mediterráneo antiguo, debido a su piedra rojiza y a una arquitectura muy distinta a la que solemos ver en México. Este sitio, ubicado en el Valle de Malpaso y construido sobre un cerro lleno de terrazas, tuvo su apogeo entre el 350 y el 1150 d.C. y fue un importante centro regional del norte mesoamericano. Su estructura más famosa es el Salón de las Columnas, un edificio amplio sostenido por once columnas que probablemente tuvo funciones ceremoniales. Aún hoy sigue siendo un misterio quiénes fueron exactamente sus constructores, aunque algunas teorías la relacionan con la legendaria Chicomoztoc, el lugar de donde se cree que partieron los aztecas en su peregrinación hacia el Valle de México. La Quemada es un lugar único y sin duda es otro de los lugares en México que parecen de otro país.


Gran Desierto de Altar
El Gran Desierto de Altar, en Sonora, fácilmente te puede hacer sentir en medio del Sahara. Y es que aquí se levanta un enorme campo de dunas que alcanza alturas de más de 200 metros y se extiende hasta donde alcanza la vista, formando un mar de arena muy parecido al de los grandes desiertos africanos. La arena, en tonos ocres y dorados, brilla con el sol y crea escenas que parecen sacadas de fotografías icónicas. Aunque es una región extremadamente árida, el área es sorprendentemente rica en vida: más de 540 especies de plantas, mamíferos y aves habitan este ecosistema único. Por ser una reserva protegida, las actividades están reguladas, pero vale totalmente la pena. Puedes hacer senderismo, recorridos guiados para explorar las dunas y, si te late la aventura, probar el sandboarding. Es un lugar que sorprende incluso a quienes conocen bien de México.


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