Frida inmersiva es una exposición de arte inmersiva que muestra la obra y vida de la artista, dentro de Frontón México. Extractos de sus obras, diarios y cartas cobran vida en esta exposición inmersiva producida en México; además de tener detrás la curaduría de la familia. Para hacer más espectacular esta experiencia, Frontón México y el restaurante Zesta Punta a cargo del chef Guy Santoro crearon un colorido menú inspirado en las obras de la artista.
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Zesta Punta se encuentra en la parte superior de Frontón México y tiene la mejor vista al Monumento de la Revolución. Este espacio minimalista de mesas amplias y detalles elegantes, tiene una oferta culinaria que une lo mejor de México, Francia y España. Con una cocina a cargo del reconocido chef Guy Santoro, es imposible no percatarse de la perfección de cada detalle en los platillos y por supuesto la cava con más de 100 etiquetas que está armonizada para tener el maridaje ideal sin importar que pidas en cocina.
Además de su increíble menú en el cual puedes elegir alguna tapa y un buen vino para pasar la noche con la mejor vista del Monumento a la Revolución, Zesta Punta creó una versión más pequeña y con toques muy mexicanos de los platillos icónicos que alguna vez se sirvieron en la mesa de Frida. Este menú estuvo a cargo de los chefs Guy Santoro y Donovan Correa, quién le puso su toque personal.
El menú experiencia gastronómica de Frida Inmersiva se podrá disfrutar durante el tiempo que dure la exposición; consta de tres tiempos con coctelería de autor que mezcla ingredientes y recetas de la gastronomía prehispánica, que reflejan el folklore y colorido mexicano. De entrada las croquetas de plátano macho frito con frijol y crema de rancho, son perfectas para compartir; el tamalito estilo Tapala con azafrán y caldillo de jitomate pasa 45 min en el horno y se sirve recién hecho.
En cada tiempo se tienen tres versiones para que disfrutes la proteína que más te guste, por ejemplo: en las entradas, el chirmol con lengua de res y chilacayote asado, muestra los sabores chiapanecos a todo su esplendor; mientras que el mextlapique de huachinango es más tradicional y tiene todo el sabor de la milpa coronado con una salsa de huitlacoche. Si hablamos de sabores que abundaban en las mesas de las reuniones de Frida Kahlo, sin duda el tapado de pato con mole negro es uno de los platillos que más representa la exposición.
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La parte más colorida de este menú sin duda son los postres. Una esfera de mousse de mamey con mezcal que parece una obra de arte en el plato; resalta por su cubierta rosa que al cortarla muestra un relleno amarillo de compota de mango que se sirve sobre tierra de chocolate, sin duda el postre más instagrameable. El segundo postre es una espuma de maíz servida en una teja de almendra que seguro te va a recordar a los carritos de merengues y gaznates de nuestro bello México.
Para finalizar la experiencia puedes pedir alguno de los tragos con tuna, uno verde y otro rojo; ‘colorín’ está inspirado en los recuerdos de la infancia y se elabora con tuna roja, romero, cardamomo, tequila y miel. El segundo trago ‘perico’ está inspirado en la boda de Frida y Diego, ya que durante el festejo la artista tomó tragos de tequila acompañados de tuna en lugar de limón, como se hace comúnmente. Este último de tuna verde con jarabe de agave y tequila.