Si planeas descubrir un nuevo lugar en México este fin de semana, el pintoresco Pueblo Mágico de Cuetzalán puede ser una gran opción. Ubicado en una zona montañosa del estado de Puebla, este pueblo está rodeado de bellos cafetales, cuevas y grutas y bosques cubiertos de niebla que estamos seguros te maravillarán, todo mientras descubres la cultura y tradiciones de los pueblos indígenas nahuas y totonacos.
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A poco más de tres horas desde Puebla se encuentra Cuetzalán, un Pueblo Mágico en el que cada rincón de sus calles empedradas nos regala hermosas postales e invita a recorrerlas para sentir como si viajáramos en el tiempo. Su arquitectura única y colores harán de cualquier visita una experiencia inolvidable, en la que no puedes dejar de visitar la Parroquia de San Francisco de Asís, con un imponente interior y campanario de estilo renacentista. Alrededor del Zócalo podrás encontrar diversos comercios de artesanías, alimentos y opciones de hospedaje.
Por su ubicación geográfica – entre grandes y profundas barrancas pintadas de verde –, Cuetzalán es una de las regiones cafetaleras más importantes del país – sus habitantes producen uno de los cafés más aromáticos de México –, así que si eres amante del buen café, este es otro buen pretexto para visitar el Pueblo Mágico. Para adentrarte en el mundo del café local te recomendamos agendar una visita a la finca Reserva Azul, con opción de hospedaje rodeado de naturaleza y, por supuesto, café bien caliente por las mañanas.
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Además, con más de 30 cascadas por la zona, Cuetzalán se ha convertido en la mejor opción para los amantes del ecoturismo. En el famoso Bosque de Niebla podrás realizar diferentes actividades de aventura, comenzando por descubrir sus tres imponentes cascadas: Cascada Las Hamacas, Cascada las Brisas y Cascada el Salto. No olvides tu traje de baño para nadar entre las aguas cristalinas de las dos primeras cascadas y, si prefieres emociones más fuertes, la última será perfecta para practicar rappel.
Otro de los atractivos más populares son las grutas que forman parte del sistema Cuetzalán, el tercero más grande de México con poco más de 21 mil metros de cavernas. Si buscas un recorrido para disfrutar en familia, la mejor opción es la Gruta del Duende, ya que cuenta con dos áreas para practicar rappel, pozas subterráneas a las que se puede ingresar y un laberinto natural. Mientras que las Grutas de Chichicazapan son perfectas para quienes buscan experiencias más aventureras, aunque para entrar es necesario ir acompañado de un guía debido a sus caminos sinuosos y sistemas acuíferos.
Para conocer más sobre sus tradiciones, no puedes perderte la Danza de los Voladores, un ritual prehispánico que ya ha sido reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial, pues resume la cosmogonía totonaca, la conexión entre hombres y dioses en todos los planos espaciales. Todos los domingos los hombres pájaro se descuelgan del tronco que hay en el pórtico de la parroquia, permitiendo disfrutar de este mágico espectáculo.
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En cuanto a la cocina local, lo más tradicional son las acamayas – un crustáceo parecido al camarón –, cecina ahumada, mole, pan, pipián queso y los tamales de frijol; no puedes irte sin probar los tayoyos –pequeños molotes de una masa de alverjón cubiertos de salsa de chiltepín, queso y cebolla –. El tianguis de los domingos es una excelente manera de disfrutar la auténtica comida local y encontrar diversidad de objetos, desde sombreros y cestos hasta piezas de cerámica y miniaturas de madera y trapo, así como sus tradicionales bordados que no dudarás en querer llevar como souvenir.