De las 16 alcaldías que conforman la CDMX, Coyoacán siempre ha sido una de las más visitadas. Ya sea por su legado histórico y cultural, o por sus tradiciones que aún se mantienen vigentes. Además es el epicentro de la famosa Casa Azul –Museo Frida Kahlo–, de la parroquia Juan Bautista, Jardín Centenario y una gran cantidad de bares, restaurantes y cafeterías que acechan la zona. También hay alojamientos cuya estadía es un agasajo, tal como sucede con Ágata, un hotel boutique en Coyoacán cerca de grandes atractivos.
Ágata es un alojamiento que se destaca por su diseño único, espacios lujosos y gran hospitalidad. Estas tres cualidades lo han catalogado como la estancia ideal para viajeros aventureros que desean explorar y conocer otros lugares. Al tratarse de un hotel boutique solo hay cuatro habitaciones a su disposición: Ágata, Amatista, Aventurina y Ámbar. La estancia también cuenta con un spa que ofrece masajes y faciales, clases de yoga y terraza al aire libre. También pone a disposición clases de cocina y catas, así como tours por la ciudad y áreas para realizar eventos privados.
Sin embargo, lo que hace especial a este hotel boutique en Coyoacán es su ubicación, ya que se encuentra cerca de grandes atractivos turísticos. El Museo Frida Kahlo queda a tan solo 8 minutos a pie; el Mercado del Carmen –a solo 1 minuto de distancia–. Este último se caracteriza por ser un ‘mercado gourmet’ que ofrece experiencias gastronómicas inigualables, café, vinos y coctelería. Ahí también se encuentra Júpiter Cervecería, un bar y terraza con mesas al aire libre que tiene un menú de cervezas, cócteles y rica comida.
Ágata también comparte territorio con el Club Campestre de la Ciudad de México, tiendas, bares, restaurantes, cafeterías y panaderías. Una de las más populares es El Olvidado que está a solo 11 minutos a pie desde el hotel. Por supuesto, también se encuentra rodeado de parques, jardínes y plazas que resguardan el pasado histórico de México que, en la actualidad, son el punto de encuentro para caminar, correr y sentarse en sus bancas para disfrutar de una rica nieve.