Enclavado en la ladera del monte Igeldo, entre los paisajes verdes y frondosos de la Costa Cantábrica y a solo diez minutos en coche del centro de San Sebastián, Akelarre es la materialización del sueño y la dexteridad culinaria del chef Pedro Subijana, a quien ahora se le reconoce como uno de los padres de la Nueva Cocina Vasca. El restaurante abrió sus puertas en 1970, y desde entonces se ha reinventado una y otra vez, siempre desde un respeto y pasión por la gastronomía, mereciéndole la primera estrella Michelin en 1978, y la segunda tan solo cinco años después. Finalmente, en 2007 obtuvo la tercera estrella Michelin —el máximo reconocimiento de esta prestigiosa guía—, pero el sueño de Subijana no terminaba ahí: hoy por hoy, Akelarre completa este magnífico viaje sensorial a través de sus habitaciones, spa y un nuevo bar con inmensas terrazas en las que los paisajes del País Vasco cobran protagonismo.
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La experiencia tanto del chef Pedro Subijana como de su equipo han culminado en los dos ingeniosos y versátiles menús de degustación de Akelarre—Aranori y Bekarki— que proponen una nueva perspectiva gastronómica que honra las raíces tradicionales y fusiona los grandes clásicos de la cocina internacional con creaciones novedosas que demuestran que, a pesar de haber ganado la primera estrella hace más de 40 años, el ingenio de Subijana está lejos de agotarse. Entre las maravillas que encontrarás en el menú destacan la Pura Gamba Roja en esencia y Pomelo Rosa —camarones con jugo de su propia cabeza a la plancha y un toque de toronja— y la tartita Gin Tonic (la versión emplatada del famoso cóctel).
La arquitectura y el interiorismo de Akelarre son un reflejo de la forma en la que el chef entiende la gastronomía, como un homenaje a las raíces que pone un valor especial en el contexto del cual surge la comida, desde las historias detrás de cada receta, las dinámicas socio-culturales de los pequeños productores locales y el entorno natural. Con su decoración sobria y refinada con detalles en madera y grandes ventanales que se abren hacia el Cantábrico, el lugar no cae en las pretenciones ni en la exageración para crear una atmósfera en la que todo gira alrededor de la comida y las conexiones que existen alrededor de la mesa.
Este estilo balanceado y elegante se extiende por las habitaciones que desde 2017 constituyen el exclusivo hospedaje de Akelarre, que nació del deseo de elevar la experiencia al siguiente nivel con un alojamiento de cinco estrellas con todas las comodidades que se esperarían de un hotel de lujo. El proyecto corrió a cargo del estudio de arquitectura Mecanismo, quienes colocaron al centro del diseño la armonía con el entorno de la Costa Vasca.
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Así como en la cocina de Akelarre, en el resto del edificio la excelencia de la materia prima es fundamental, creando espacios cálidos y acogedores inspirados en los paisajes y las culturas del norte de España. Todas las habitaciones están inspiradas en el mar del norte, con increíbles vistas hacia sus aguas profundas y el mismo diseño minimalista que caracteriza a Akelarre. Hay distintos tipos de suites, la más exclusivas siendo las suites Océano, que cuentan con una piscina climatizada totalmente privada.
Además de la comida y el descanso, Akelarre procura el bienestar de sus huéspedes a través de experiencias únicas, empezando por el spa ubicado en la primera planta del hotel y con vistas privilegiadas al mar. Este espacio solo para adultos está destinado a la relajación de cuerpo y mente a través de distintos tratamientos, sauna, vapor y una alberca climatizada con un circuito completo de hidroterapia.
En segundo lugar, los paseos en helicóptero que ofrece el hotel buscan exaltar todos los sentidos al sobrevolar la costa cantábrica y descubrir sus paisajes y riqueza desde otra perspectiva. Puedes elegir entre las distintas rutas turísticas y gastronómicas, las cuales están cuidadosamente diseñadas para crear experiencias totalmente exclusivas que expandan el panorama de lo que es realmente el País Vasco.
Finalmente, para complementar la oferta gastronómica de Akelarre, Espazio Oteiza despliega sus enormes terrazas sobre el monte Igeldo para presentar una atmósfera relajada y amigable con vistas espectaculares para disfrutar de un buen vino y la mejor coctelería de autor diseñada por el mixólogo Patxi Troitiño. Así, Espazio Oteiza es el sitio ideal para comer con los atardeceres más sublimes de fondo, o cenar bajo las estrellas en compañía de alguien especial.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Nota en colaboración con Venture and Pleasure.