Al llegar la temporada de Día de Muertos, también llega la emoción por todos esos elementos característicos de esta fiesta tradicional en México, desde el pan de muerto con el inconfundible olor a azahar hasta las flores de cempasúchil que inundan avenidas y jardines a o largo del país. Existen algunos jardines bastante populares en México, pero también otros menos conocidos que vale la pena descubrir, entre ellos el de cempasúchil en Nuevo León. Aquí te contamos todos los detalles.
Sin duda alguna, la flor de cempasúchil es uno de los elementos más distintivos de Día de Muertos, con una historia y significado que se encuentran íntimamente ligados a las tradiciones prehispánicas de México, y que encuentran su expresión máxima durante los meses de octubre y noviembre. Puede que conozcas el famoso campo de cempasúchil en Cholula, o bien el perteneciente a la Delegación de Xochimilco en la CDMX, ¿pero sabías que también hay un campo de cempasúchil en un Pueblo Mágico de Nuevo León?
Este sitio se ubica en el Pueblo Mágico de Santiago, específicamente dentro del rancho ‘El Venadito’, que abrió sus puertas al público por tiempo limitado para permitir que visitantes y curiosos puedan maravillarse con la belleza tradicional de esta flor de Día de Muertos. Será escenario perfecto para sesiones fotográficas y experiencias campestres en el destino, así como para deleitarse con uno de los paisajes más tradicionales que se pueden vislumbrar durante la temporada.
Cabe destacar que este campo de cempasúchil en Nuevo León se encuentra enclavado en la Sierra de Santiago, por lo que se rodea de escenarios montañosos y diversidad sorprendente. ‘El Venadito’ cuenta con servicio de transportación desde la plaza principal de la comunidad El Cercado, pero es necesario comunicarse previamente con el rancho para asegurar disponibilidad y costos. Ya en el lugar, también se podrán adquirir ramos de cempasúchil para llevar a casa.
Vale la pena aprovechar la visita para maravillarse con todo lo que el Pueblo Mágico de Santiago tiene para ofrecer, desde recorrer sus templos eclesiásticos hasta deleitarse con las especialidades de gastronomía local. Entre estas últimas destacan los productos artesanales y de pequeña producción, como conservas de frutos de temporada y su famoso licor de manzana.
