París tiene una larga tradición de personajes que han revolucionado la historia de la moda, pero pocos tan arrolladoramente famosos como Coco Chanel. La historia de esta mujer es fascinante y de admirar, pues no solo se trata del rostro —y las manos— que abrieron las puertas del siglo XIX al siglo XX con diseños audaces que aún hoy están cargados de fuerza y elegancia, sino también del ingenio y la pasión que se abrieron paso a través de dos guerras y una sociedad profundamente desigual para demostrar que el buen gusto no tiene nada que ver con las clases sociales. Un día de 1937, Coco Chanel decidió alquilar una habitación en el hotel Ritz de París, el cual se convertiría en su nuevo hogar durante 34 años, hasta su muerte en 1971. Más de 50 años después, esta suite conserva su esencia y es posible pasar la noche ahí.
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Por supuesto, el lujo y la elegancia del hotel apelaron desde el principio a la aclamada diseñadora, pero a lo largo del tiempo fue añadiendo su toque personal a través de textiles, espejos, candelabros, arte y muebles que el Ritz recibió de buena gana. En la habitación —que consta de una habitación privada con cama tamaño King Size, una sala de estar y, por supuesto, un vestidor para morirse, todo completado con las vistas más lindas de la Plaza Vendome.
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A lo largo de la habitación predominan los destellos dorados, las telas suaves que invitan a las manos a deslizarse a lo largo de ellas para descubrir la inmensa variedad de texturas, ricos colores neutros que conservan la sobriedad acentuando las líneas limpias características de Chanel. Hospedarse aquí es un sueño hecho realidad, pues no solo es el cuarto de hotel más espectacular de la vida, sino que además sus muros fueron testigo de la historia de una de las diseñadoras más revolucionarias de la industria de la moda, y su estilo y sofisticación todavía se respiran y se veneran casi cien años después de la primera noche que Coco pasó en esta habitación.
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SITIO WEB: ritzparis.com
