En árabe, la palabra jayi significa ‘hermano’, y este restaurante nace del deseo de hermanar dos culturas geográficamente distantes, pero con un profundo sentido de comunidad que la mayoría de las veces se cimienta alrededor de la mesa. Jayi cuenta la historia de dos hermanos jordanos que, durante 19 años, se vieron físicamente distanciados, y que en México encontraron una segunda oportunidad para recuperar ese vínculo a través de la cocina. En Jayi, la compilación de platillos y recetas que desfilan por las mesas han viajado de generación en generación desde Líbano y Jordania para ofrecer sabores árabes tradicionales directo en la Ciudad de México.
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En la CDMX es posible viajar a tierras muy lejanas a través del paladar, y Jayi es precisamente uno de esos lugares con la capacidad de teletransportarte con cada bocado. Para asegurar el toque más auténtico, las especias importadas desde Medio Oriente acompañan el viaje para llenarlo con sabores cálidos que saben a hogar a pesar de encontrarse del otro lado del planeta de su lugar de origen.
Si bien es cierto que la comida árabe es rica en sabores, texturas y fragancias —mucho de ello, precisamente, gracias a las especias—, en realidad puede ser bastante saludable. La apuesta en Jayi es precisamente esa: ofrecer algo para todos los regímenes alimenticios, desde opciones veganas y vegetarianas, hasta platillos aptos para quienes cuidan llevar una alimentación ‘fit’. Bajo este mismo principio de recibir a todo el mundo con los brazos abiertos, el lugar es 100% pet friendly.
Entre los imperdibles figuran varios clásicos de la gastronomía oriental, como el hummus, el arroz con lentejas o con fideo (que puedes pedir en su versión individual, o una un poco más grande para compartir), el tabule y las hojas de parra (que pueden ir rellenas de verduras o de carne). También dentro del menú de entradas figuran las bolitas de falafel, servidas en órdenes de cinco piezas, y el baba ghanoush, un tentempié lleno de nutrientes que ayudan a mantener el metabolismo activo.
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Pasando a los platos fuertes, te recomendamos probar sus empanadas, que también contemplan opciones tanto carnívoras como vegetarianas. Ten en cuenta que estos platos incluyen un pan pita y dos guarniciones del menú de entradas para elegir, así que ordena sabiamente (no te preocupes, está tan rico que querrás querer acabarte todo igual, o en su defecto llevarte algo a casa).
Para terminar, los postres árabes son una delicia que bien puede competir por los primeros puestos a nivel mundial. No te puedes ir sin probar el dedo de novia o el pay de dátil con helado de vainilla, dos manjares que dan cierre de oro a cualquier comida.
¡Coman, disfruten y compartan!
