Además de ser una ciudad gigantesca, la capital mexicana tiene la enorme fortuna de estar rodeada de sitios muy pintorescos que, además de bajar el ritmo y permitirnos unas vacaciones exprés, tienen un encanto particular y lleno de historia que nos abre las puertas para descubrir sus maravillas mientras paseamos despreocupadamente por sus calles mientras disfrutamos de algún antojito callejero. Estos son algunos destinos que no requieren largos trayectos y que son perfectos para ‘pueblear’ mientras te comes un esquite cerca de la CDMX.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Tepotzotlán
Si vives en el norte de la ciudad, Tepotzotlán será el destino perfecto para pasar el día y comer esquites cerca de la CDMX. Sin ir demasiado lejos, este es un pueblo que se descubre al pie de la sierra y que todavía resguarda grandes tesoros artísticos y arquitectónicos de la época virreinal, como el Museo del Virreinato —ubicado en un edificio barroco del siglo XVIII que hoy alberga una gran colección que nos ilustra sobre la historia y los usos y costumbres de ese periodo— y el acueducto de Xalpa construído por los jesuitas. Conforme caiga la noche, te recomendamos dirigirte a la Plaza Principal y disfrutar de la música que se toca en el kiosco mientras te comes un esquite.
Cuernavaca
Si quieres pasar un día de ensueño y comer esquites cerca de la CDMX, Cuernavaca es una de las mejores opciones. En un buen día, puedes hacer incluso menos de una hora y media desde el sur de la ciudad, lo cual hace rendir el día lo suficiente para recorrer sus calles, descubrir el jardín etnobotánico, probar la propuesta de sus restaurantes y la atmósfera cálida de sus cafeterías, e incluso nadar un rato antes de comer un último ‘tentempié’ callejero frente a la catedral antes de regresar a la ciudad.
Tepoztlán
Uno de los destinos predilectos para viajar cerca de la Ciudad de México y dejar atrás sus ritmos vertiginosos para adentrarnos en un pueblito de calles serpenteantes donde la gente atesora la conexión con la naturaleza. Si bien Tepoztlán es famoso por su clima cálido y sus famosísimas Tepoznieves, por las noches cuando sopla el viento no hay nada mejor que sentarse en una banca frente al kiosco del zócalo y disfrutar de un esquite calientito mientras ves a la gente pasear.
Valle de Bravo
Con una atmósfera igual de fresca pero de climas templados y paisajes boscosos, Valle de Bravo es otro destino en el Estado de México que no deja de figurar entre los favoritos para ir por un esquite cerca de la CDMX. Este lugar es famoso por el lago, el cual da pie tanto a la práctica de deportes acuáticos como al desarrollo de actividades wellness. Después de pasar el día en cualquiera de estas actividades, no hay cierre mejor que pasear por el Centro Histórico y comer un esquite con chile ‘del que pica’ en el jardín central.
Querétaro
Si estás dispuestx a ir un poco más lejos para comer unos esquites mientras ‘pueblear’ por uno de los Centros Históricos más bonitos del país, entonces una visita a Querétaro te pagará bien por las horas de carretera. Vale la pena decir que la historia de esta ciudad ha sido testigo de grandes hitos en el destino de México, y aunque el más famoso sea quizá la conspiración en la casa de la corregidora Josefa Ortíz de Domínguez, ya desde siglos antes fue el primer asentamiento español en el Bajío y tierra de comunidades otomíes, tarascas y chichimecas. Hace unos años, su Centro Histórico fue nombrado Patrimonio de la Humanidad, y sin duda vale más de una escapada para conocerlo sin alejarse demasiado de la CDMX.
Teotihuacán
Aunque muchos lo consideran únicamente como un asentamiento arqueológico, San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides son un conjunto de Pueblos Mágicos que no pueden pasarse por alto, considerados también como los Pueblos Mágicos más cercanos a la CDMX. Sin duda alguna, son parada imprescindible para quien guste conocer de lleno el patrimonio histórico del país, ya que albergan la Zona Arqueológica de Teotihuacán, aunque también es el destino perfecto para despejarte, recargar pilas y disfrutar de una caminata larga con un esquite de alguno de los puestecitos de alrededor en la mano.
