Suena raro, pero sí, existe un ‘mercado museo’ a solo cinco calles del Zócalo de la CDMX. Se trata del Mercado Abelardo L. Rodríguez que, aunque es un verdadero hito, tristemente es uno de los sitios menos visitados del centro histórico. Este mercado no solo cumple una función comercial, sino que es una joya del muralismo mexicano. Su característica más distintiva son los imponentes murales que cubren alrededor de 1,450 metros cuadrados de paredes y techos. Muchas de estas obras fueron realizadas por jóvenes artistas, alumnos de Diego Rivera que los hicieron bajo su influencia y dirección. Los murales crean una experiencia cultural única donde el arte y el comercio conviven y si aún no lo conoces es momento de dejarte sorprender por las fascinantes pinturas que te reciben desde sus entradas principales.
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La historia del Mercado Abelardo L. Rodríguez
El Mercado Abelardo L. Rodríguez fue inaugurado en 1934 y lleva el nombre del presidente de México en turno en ese momento. Su construcción buscaba ser un prototipo de mercado moderno, adelantado a su tiempo. El arquitecto a cargo, Antonio Muñoz, combinó elementos de distintos estilos –barroco, Belle Époque, Art Nouveau y Art Déco– para crear uno de los espacios más reconocidos y dignos para comprar o comer en la ciudad. De hecho, su estructura sirvió de modelo para otros mercados posteriores, como La Lagunilla, Tepito y La Merced. Tiene una superficie de 12,450 metros cuadrados y además de vender frutas y verduras frescas, contaba con servicios poco comunes para un mercado: una guardería para los hijos de los locatarios, un centro juvenil con biblioteca y el auditorio Teatro del Pueblo, que ocupa todo el lado oeste del complejo.
Los murales del Mercado Abelardo L. Rodríguez: un museo escondido en el centro de la CDMX
La característica más distintiva y valiosa del mercado son sus imponentes murales, que cubren aproximadamente 1,450 metros cuadrados de paredes y techos. Se encuentran en las entradas principales, vestíbulos, patios y pasillos, y fueron pintados por un grupo de jóvenes artistas, muchos de ellos alumnos de Diego Rivera. Entre ellos destacan Isamu Noguchi –escultor japonés-estadounidense–, las hermanas Marion y Grace Greenwood, de Estados Unidos, y los mexicanos Ramón Alva Guadarrama, Ángel Bracho, Miguel Tzab, Raúl Gamboa y Pedro Rendón. Las obras reflejan principalmente temas sociales como la explotación de trabajadores, campesinos y mineros, la lucha contra el nazismo y el fascismo, y la discriminación racial. En conjunto, forman una de las colecciones de muralismo mexicano más ricas y extensas del siglo XX, y lo más increíble es que estén albergadas dentro de un mercado.
Qué ver y hacer hoy en el Mercado Abelardo L. Rodríguez
A lo largo de los años, los murales han sufrido diversos daños por terremotos, el paso del tiempo, la humedad y, lamentablemente, el vandalismo. Pero en 2009 se iniciaron trabajos de restauración y conservación para proteger estas obras de arte. Hoy, el mercado sigue funcionando como un mercado público tradicional, donde puedes encontrar puestos de frutas, verduras, carnes, jugos y la típica comida de fonda o antojitos. Vale mucho la pena visitarlo, no solo para admirar los murales, sino también para disfrutar de un rico almuerzo. El mercado tiene entradas por las calles República de Venezuela, República de Colombia, Del Carmen y Rodríguez Puebla. Puedes visitarlo todos los días, desde las 7 a.m. a las 6 p.m.
Dirección: República de Venezuela #72, Centro Histórico de la CDMX, Cuauhtémoc
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