Los Pueblos Mágicos son una expresión auténtica de la riqueza histórica de México, con preciosas características arquitectónicas que los hacen perfectos para disfrutar de unas vacaciones llenas de tradición, al igual que un patrimonio cultural sorprendente. Entre los Pueblos Mágicos del Estado de México se encuentra El Oro, conocido por su pasado minero y la esencia europea que emana cada una de sus calles. Sin duda alguna será uno de los mejores destinos que visitar durante un fin de semana desde la CDMX.
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El Oro de Hidalgo –popularmente conocido como El Oro– es uno de los Pueblos Mágicos pertenecientes al Estado de México, localizado a poco más de dos horas y media de la CDMX y ofreciendo el escape vacacional perfecto para quien busque un destino de belleza histórica. Su nombre proviene del náhuatl y significa ‘lo que nos legaron los Dioses‘, referenciando los metales preciosos que se extraen de sus tierras.
Este maravilloso destino destaca por su antiguo esplendor minero, que si bien se agotó hace ya bastantes años, sigue presente en las tradiciones y construcciones del Pueblo Mágico. Una buena forma de conocerlo es en su Museo de Minería, que alberga una colección de diversas fotografías, minerales, herramientas y maquinaria relacionada con la época minera en la zona, cuya historia abarca desde el siglo XVII hasta fines del siglo XIX, y que se dice resultó en la extracción del oro más puro en todo el mundo.
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Otro de los aspectos más especiales de El Oro es su riqueza arquitectónica, de influencia europea y con un encanto que la hace parecer sacada de una fotografía de época. Un ejemplo de ello es su Teatro Juárez, inaugurado en 1908 y famoso por su espectacular diseño art noveau, con paredes de ornamentación vegetal en colores dorados, grandes salones de madera tallada y una preciosa fachada de piedra; también vale la pena conocer su antigua estación de trenes y Palacio Municipal.
En caso de preferir los escenarios naturales, entonces la Presa Brockman será una parada imperdible en El Oro, un sitio donde no solo apreciar los bosques frondosos de pino y cedro, sino también para disfrutar actividades como pesca deportiva, senderismo, paseos en lancha y camping. Para foodies de corazón, lo mejor será deleitarse con la gastronomía local del Pueblo Mágico, con exquisitos platos tradicionales como su barbacoa, carnitas, mole verde con carne de guajolote y ‘chiva’ –una bebida artesanal a base de anís y hierbas, conocida también como remedio natural contra el espanto–.