Bien se sabe que en Puebla las iglesias sobran, cada una con su encanto, historia y arquitectura. Pero hay una que definitivamente se sale del molde. No tiene cúpulas doradas ni fachadas barrocas; en su lugar, luce muros de piedra que le dan la apariencia de una gruta natural. De hecho, se le conoce como la Gruta de Lourdes, una pequeña capilla construida por completo con piedras. Su forma y estilo la hacen única, y lo mejor es que no hay que ir muy lejos para conocerla pues está a solo 10 minutos del Centro Histórico, en el Cerro Acueyametepec. A pesar de su peculiar construcción, el templo se mantiene en excelentes condiciones gracias al cuidado de la comunidad, así que es un imperdible que vale mucho la pena descubrir.


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La historia detrás de la iglesia más curiosa de Puebla
Aunque la Gruta de Lourdes no sigue un estilo arquitectónico definido, sí está inspirada en la famosa Basílica de Lourdes en Francia, construida en el lugar donde, según la tradición, la Virgen María apareció en la gruta de Massabielle. En el caso de la versión poblana, esta pequeña iglesia se levantó en lo que fue la propiedad de Cayetano de Cosío Mendoza, dueño de una cementera que fraccionó parte de su terreno para la construcción. A diferencia de su contraparte francesa, esta gruta es completamente artificial y está incrustada en el cerro. Para levantarla se utilizó piedra xalnene, de origen volcánico, muy resistente al fuego y proveniente del barrio de Xanenetla. Aunque también hay quien dice que fue un sacerdote quien sugirió usar piedra traída desde su tierra natal, por lo que pudo haber sido extraída del Pico de Orizaba.


La construcción de la Gruta de Lourdes
La primera piedra de la Gruta de Lourdes se colocó en marzo de 1940, y fue hasta octubre de 1950 cuando se bendijo y abrió oficialmente al público. El ingeniero encargado del proyecto fue Francisco de las Haras, quien también diseñó los detalles que la hacen tan especial, como la gran cruz en la cima, hecha del mismo material, y los picos de piedra a los lados que le dan una apariencia como de castillo. A diferencia de otras iglesias más imponentes, esta gruta es pequeña tanto por fuera como por dentro. Al interior se pueden apreciar las piedras de distintos tamaños colocadas cuidadosamente sobre arcos y muros laterales, además de seis vitrales coloridos que le dan un aire acogedor.


Lo que guarda el interior de la Gruta de Lourdes
A pesar de su fachada sencilla, el altar principal sorprende con un toque de elegancia pues está hecho de mármol blanco traído desde Carrara, Italia, al igual que las esculturas de la Virgen de Lourdes y Santa Bernardita. A sus pies, hay una pequeña fuente de agua que los devotos suelen beber, ya que creen en sus propiedades milagrosas. Y es que la Virgen de Lourdes es patrona de los enfermos, debido a los numerosos milagros de curación que se le atribuyen en el santuario original en Francia. Así que este también es un lugar de gran devoción, al que acuden fieles y personas en busca de salud o favores especiales. Aquí se celebran misas todos los domingos a las 12:30 horas y también funciona una escuela de formación religiosa para niños. Es una iglesia tan peculiar que, seas creyente o no, vale la pena conocer.
Dirección: Calzada de los Fuertes No. 2812, Col. Rincón del Bosque, Puebla

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