A lo largo de su historia, México ha sido testigo de múltiples conflictos entre fuerzas tanto interiores como exteriores. Distintas regiones de nuestro país han sido testigos de enfrentamientos por la defensa de la autonomía y la libertad. No obstante, pocos sitios han sido escenario de tantas batallas tan decisivas para el futuro de la nación como el Puerto de Veracruz. Incluso si no te consideras un entusiasta de la historia, seguramente el peculiar nombre de la Guerra de los Pasteles enciende alguna señal de recuerdo de tus clases de la primaria. Aquí te contamos más sobre cómo este puerto mexicano protagonizó la batalla en defensa del territorio durante la Primera Intervención Francesa.
Vale la pena recordar que el Puerto de Veracruz es la única ciudad en nuestro país que ostenta el título de ‘cuatro veces heróica’, otorgado en 1948 por decreto presidencial para reconocer este lugar como protagonista de cuatro victorias que marcaron la historia de México. Primero, la Independencia, luego la Intervención Francesa, seguida de la Intervención Norteamericana y finalmente, la Revolución Mexicana.
La importancia militar de este lugar está estrechamente ligada al Fuerte de San Juan de Ulúa, construido en el siglo XVI después de que Cortés fundara aquí la Villa Rica de Veracruz, la primera ciudad española en América. Este fue el último bastión español donde las tropas realistas se atrincheraron hasta noviembre de 1825, cuando finalmente sucumbieron tras un bloqueo y asedio por tierra. Al año siguiente, el Congreso Local concedió a Veracruz el primer título de Heróica.
El conflicto no tardó en volver a azotar el Puerto de Veracruz, cuando tan solo 13 años después, Francia envió a sus tropas a territorio mexicano como respuesta a una disputa entre el nuevo gobierno y un grupo de ciudadanos franceses residentes en el país cuyos predios y locales habían sufrido daños durante un altercado, entre ellos, un pastelero que reclamaba una indemnización por sus pasteles.
Ante la negativa de las autoridades mexicanas a pagar estas compensaciones, el ministro de Relaciones Exteriores francés envió a México 26 navíos de la Marina Real Francesa, quienes arribaron al Fuerte de San Juan de Ulúa en 1838. Después de un año de disputa y tras batallas en las cuales Antonio López de Santa Anna y Mariano Arista dirigieron a las tropas mexicanas, finalmente se firma un Tratado de Paz en 1839. Décadas más tarde, se le otorgó a Veracruz su segundo título de Heróica.
Menos de una década después, en 1847, Estados Unidos volvió a atacar el Fuerte de San Juan de Ulúa, marcando así el inicio de la Intervención Norteamericana. Aunque en realidad perdimos esa batalla, la defensa fue valiente y resistente, por lo cual se consideró pertinente otorgar al Puerto de Veracruz su tercer título. El último llegó en abril de 1914, durante la Revolución Mexicana, en un segundo intento de intervención estadounidense para apoyar al bando revolucionario de Venustiano Carranza. En esa ocasión, quienes defendieron la soberanía nacional fueron los cadetes de la Heróica Escuela Naval Militar y algunos civiles, tras lo cual la ciudad recibió su cuarto título.
Hoy en día, Veracruz sigue siendo un destino digno de visitar, tanto por su basta historia como por sus playas, su música y su gastronomía. Por su parte, el Fuerte de San Juan de Ulúa es una parada prácticamente obligada para recorrer por tí mismo este espacio cargado de historia, que sobrevivió los ataques piratas y de algunos de los ejércitos más poderosos del mundo, para posteriormente convertirse en cárcel —donde estuvieron presas figuras tan prominentes como fray Servando Teresa de Mier y Benito Juárez—.
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