La historia de México se puede revivir a través de infinidad de recintos culturales, entre ellos sus antiguas haciendas. Aproximadamente a hora y media de la CDMX se encuentra la Hacienda Cocoyoc, conocida por su increíble estilo colonial mexicano y por resguardar una serie de datos curiosos que vale la pena descubrir. Aquí te contamos un poco más sobre ella para que te animes a visitarla.
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La Hacienda Cocoyoc en Morelos es un tesoro arquitectónico que ha resistido el paso del tiempo. Construida en el siglo XVII, esta impresionante hacienda ha sido cuidadosamente restaurada y convertida en un hermoso complejo turístico que ofrece una experiencia única a quien la visite, rodeada de un entorno histórico que le brinda también una atmósfera bastante familiar.
Cocoyoc significa ‘lugar de coyotes’, denominación que se le daba a su territorio muchos siglos antes de la conquista española, fundado por los Tlahuicas en el siglo XI. Con el paso de los años presentaría muchos cambios de dominio, hasta que después de la conquista en 1521, Cocoyoc formaría parte del territorio concedido a Hernán Cortés. Esto se formalizó con su matrimonio con Isabel –hija de Moctezuma II– y, si no se sabe a ciencia cierta, muchos historiadores afirman que la ceremonia probablemente tuvo lugar en la Hacienda Cocoyoc.
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Ahora, es un espacio abierto al público en general, cautivador gracias a su elegante estilo colonial mexicano y sus exuberantes jardines naturales. Esta joya arquitectónica cuenta con 284 habitaciones, cada una de ellas diseñada con gran atención al detalle, ofreciendo una atmósfera auténtica y acogedora a sus huéspedes. Aunado a esto, sus espacios comunes están decorados con muebles antiguos, pinturas y elementos decorativos que evocan el encanto de épocas pasadas.
Cabe destacar que la gastronomía es otro punto destacado en Hacienda Cocoyoc, ya que su restaurante ofrece una selección de platos mexicanos e internacionales, preparados con ingredientes frescos y de alta calidad. Los comensales pueden disfrutar de su comida en un ambiente encantador, rodeados de paredes de adobe y techos de vigas de madera, que sin duda alguna resaltan la esencia auténtica de la hacienda.