Esta es una de las heladerías más antiguas de la CDMX y fue abierta por un boxeador italiano

El legado de Pietro Chiandoni está vivo en el helado de vainilla. No es el tipo de herencia que uno esperaría de un boxeador, pero Pietro no era cualquier boxeador. Este italiano de puños fuertes también tenía un paladar dulce, y aunque encontró una pasión en el ring, su verdadero futuro estaba en los helados. Siendo muy joven, abrió la Heladería Chiandoni en 1939, que hoy es una de las más antiguas, y más queridas, de la Ciudad de México. Ya van más de 80 años refrescando el paladar de generaciones con helados únicos y postres llenos de estilo italiano, hechos con cariño y una pasión artesanal que se nota en la primera cucharada. Para muchas familias de la colonia Nápoles, visitar esta heladería se ha vuelto una tradición: abuelos que trajeron a sus hijos, y ahora esos hijos llevan a sus nietos. Es una suerte que aún podamos disfrutarla, así que si todavía no la conoces, sigue leyendo para descubrir todos los detalles.

Heladería Chiandioni en la Col. Nápoles
Heladería Chiandioni en la Col. Nápoles. Foto: posta.com.mx
Heladería Chiandioni
Helados italianos en la CDMX desde 1939. Foto: FB Chiandoni

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Cómo un luchador italiano creó una de las heladerías más queridas de CDMX

¿Pero cómo es que Pietro terminó siendo heladero de día y boxeador de noche? Vale la pena hacer una pausa para conocer su historia. Llegó a México en los años 30, siendo apenas un adolescente de 15 años, acompañado de su tío y escapando de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, entre nuevos comienzos, empezó a tomar clases de boxeo, donde conoció a varios luchadores de la época y poco a poco se metió al mundo de la lucha profesional. Su estilo rudo en el cuadrilátero le ganó cierta fama, y decidió invertir el dinero que empezaba a ganar. Fue así como en 1939 abrió una pequeña heladería italiana en la colonia Roma. Las recetas las consiguió de su tío, pues aunque era bastante celoso con sus secretos, logró convencerlo de compartirla. Se trataba de una fórmula artesanal, con una mezcla secreta de varios tipos de lácteos y fruta natural. El sabor era tan especial que pronto empezó a ganar fama. Con el negocio ya andando, Pietro se casó con la tenista mexicana Carmen Moreno Rufo, quien se convirtió en su gran aliada para manejar la heladería. En los años 50, decidieron mudarse a la colonia Nápoles, donde la heladería se convirtió en un ícono del barrio.

Heladería Chiandioni en la Col. Nápoles
Foto: FB Chiandoni
Heladería antigua en la CDMX
Foto: FB Chiandoni

Decoración retro, recetas originales y mucha historia en la Heladería Chiandoni

Entrar hoy a la Heladería Chiandoni es como hacer un viaje directo a los años 50. Todo tiene ese aire retro que te hace sentir en otra época: las sillas originales, las icónicas mesas, la vajilla con sus copas clásicas, el mismo menú de siempre, incluso hay miembros del personal que llevan décadas trabajando ahí. Pero lo mejor de todo: siguen usando las mismas recetas originales de su fundador. Las paredes también cuentan historias, pues hay cuadros con recortes de periódicos que celebran las hazañas de Pietro en el ring, fotos de Italia y del Mediterráneo, y retratos de algunas celebridades que han pasado por ahí, como José José, Chabelo o Cristian Castro, y hasta ha sido locación para series y videoclips. Aunque la sucursal de la colonia Nápoles es la más icónica, su fama ha crecido tanto que ahora también puedes darte un ‘gustito’ Chiandoni en Santa Fe, Perisur y sobre Insurgentes Sur.

Heladería Chiandioni en la Col. Nápoles
Conserva la misma fachada de los años 50. Foto: FB Chiandoni
Heladería Chiandioni en la CDMX
Siguen manteniendo las recetas originales de su fundador. Foto: FB Chiandoni

El menú de la Heladería Chiandoni

Ahora sí, hablemos de lo importante: los deleites que puedes encontrar en la Heladería Chiandoni. Como decíamos al inicio, el más clásico es el helado de vainilla cubierto con chocolate derretido, una pizca de nueces y coronado con crema batida. Otros sabores tradicionales de crema que nunca fallan son el de pistache, chocolate, fresa, piñón, vainilla, café, coco, rompope y cajeta. Y si prefieres algo más refrescante, sus nieves de agua más vendidas son la de limón, guanábana, tamarindo y mango. Además, hay especialidades de la casa como la Cassata Siciliana –pistache, fresa de agua y crema con frutos secos, acompañada de mermelada de fresa–, o el Napolitano Arlequín, con bloques de helado de vainilla, fresa, chocolate y pistache.

Heladería Chiandioni
Foto: FB Chiandoni
Menú de Heladería Chiandioni
Pastel helado. Foto: Foto: FB Chiandoni

Clásicos y especialidades de Chiandoni

Pero eso no es todo: el menú también incluye delicias como el Bisquit Tortoni –helado de crema cubierto con avellanas molidas–, o el Souvenir Chiandoni –una rebanada de pastel helado con pan envinado, helado de mamey y vainilla–. Aunque también están los clásicos como el Banana Split, los sundaes, el Tres Marías o las fresas con helado. También hay bebidas muy originales como el Ice Cream Soda –helado de tu elección con agua mineral–, los famosos Flotantes, el Fresate –helado de fresa de agua batido con agua mineral– o la Champola -el clásico yucateco, preparado con helado de guanábana batido y leche-. Y si no te decides por un solo sabor, te tenemos un tip: los miércoles el helado sencillo está al 2×1. Así que sí, es momento de dejar que el antojo te gane y darte una vuelta por este rincón que ya es todo un clásico de la ciudad. 

Dirección: Pensilvania 255, Nápoles, Benito Juárez
Página: @heladoschiandoni

Heladería Chiandioni
Un clásico, el Bisquit Tortoni. Foto: FB Chiandoni
Heladería Chiandioni
Deliciosas malteadas. Foto: FB Chiandoni

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