A nadie le gustan las malas noticias, pero si vas a recibir una, que al menos sea en un lugar bonito y acompañado de la gente que quieres. Eso fue lo que hizo Porfirio Díaz la mañana del 20 de noviembre de 1910, el día que estalló la Revolución Mexicana y empezaban a llegarle señales claras de que pronto tendría que dejar el país. Para recibir la noticia, el ex presidente fue a uno de sus lugares favoritos de la CDMX: el Hotel Geneve, un elegante hotel de estilo clásico europeo –de esos que le fascinaban–, inaugurado apenas tres años antes, en 1907. Porfirio y su familia solían comer en su restaurante Palm Garden, y ese día no fue la excepción. Este hecho está comprobado en el registro contable del hotel, que todavía se conserva, donde pagó $30.25 por la comida. Más de 115 años después, el Hotel Geneve sigue existiendo y nunca ha cerrado sus puertas, mantiene la elegancia y la vanguardia que lo han convertido en uno de los hoteles más legendarios de la ciudad.
Te puede interesar: 6 hoteles históricos que te transportarán a otra época
Hotel Geneve: el pionero de la hotelería moderna en México
Desde la calle Juárez es imposible que el Hotel Geneve no te llame la atención. En medio de restaurantes de cadena, estacionamientos y comercios coloridos típicos de la Zona Rosa, este edificio elegante y clásico resalta de inmediato. Y es que ha estado ahí desde mucho antes que todo eso, cuando los hermanos Gore, empresarios y arquitectos canadienses, lo construyeron con el apoyo de Porfirio Díaz, quien quería modernizar la hotelería en México. Desde su apertura, el hotel fue pionero en muchas cosas: fue el primero en ofrecer teléfono y baño en cada habitación, operadoras, tintorería, agencia de viajes, elevador, cancha de tenis y hasta peluquería, servicios que eran toda una novedad en su época. También ahí se sirvió el primer sándwich del país, y fue de los pocos lugares que se atrevió a recibir y garantizar alojamiento seguro a mujeres que viajaban solas, algo mal visto en ese entonces.
Huéspedes distinguidos y datos curiosos del legendario Hotel Geneve
Con su diseño elegante y atención vanguardista, el Geneve rápidamente se volvió un ícono de la ciudad y punto de encuentro para figuras importantes de la política, la cultura y el espectáculo. En sus habitaciones se han quedado personajes como Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Felipe González, Winston Churchill, Sophia Loren, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Monsiváis, Franz Mayer, Marlon Brando y don Julián Slim y Linda Helú, padres de Carlos Slim. Y más recientemente, fue anfitrión de Malala Yousafzai, la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz. Otros datos interesantes es que una vez estallada la revolución, el hotel conservó su espíritu de servicio y funcionó como una zona neutral, hospedando a revolucionarios y a familias extranjeras de las cancillerías. También se dice que Guillermo Kahlo hizo las primeras fotografías del Hotel Geneve. Y más adelante en la historia, resultó sorprendente que el Hotel no sufrió ningún daño durante el terremoto de 1985, el edificio no tuvo una sola ventana rota o un tabique desprendido.
El primer hotel museo de México
Pasaron los años y en mayo de 1991 el Hotel Geneve fue adquirido por Grupo Carso. Pero fue hasta 2007, para celebrar su centenario, cuando se llevó a cabo una gran renovación, modernizaron el espacio sin perder su esencia clásica. El resultado fue un concepto único en México: un Hotel Museo donde cada rincón está lleno de historia. La antigua recepción, con vitrales y columnas griegas, ahora es un elegante salón de eventos, y en su lugar se construyó un nuevo lobby donde está el museo. Ahí se exhiben las llaves originales del hotel, libros de registro con firmas de huéspedes y empleados, maletas antiguas, vestidos y zapatos de época. También se conservó la primera peluquería en un hotel, aunque ya no funciona, y el elevador original que, dicen, fue el primero instalado en un hotel mexicano. Otros objetos que se aprecian son vajillas de porcelana, utensilios de plata, juegos de té, retratos en miniatura del siglo XIX, teléfonos antiguos –en uno de ellos incluso puedes escuchar la voz de Porfirio Díaz– y hasta un piano donado de Agustín Lara. El lobby del hotel, con sus sillones de antaño, un gran candelabro y paredes llenas de libros antiguos, es simplemente una joya.
Hospedarse en el Geneve: historia, lujo y experiencias únicas
Con el lema ‘siempre antiguo, siempre nuevo’, el Hotel Geneve sigue funcionando y hospedarse aquí es toda una experiencia desde la llegada: el check-in incluye un ritual de bienvenida con lavado de manos ‘con agua del pozo’ que existía antes de la construcción del hotel y el toque de una antigua campana en la recepción. Actualmente, el hotel cuenta con 227 habitaciones, principalmente deluxe y junior suites, espaciosas, alfombradas, con ventanales, muebles de época, tina, minibar y escritorio. También están las suites de época, decoradas con mobiliario original, y una suite presidencial que homenajea a Porfirio Díaz, aunque ojo, él nunca se hospedó aquí, solo era cliente frecuente del restaurante. Además, hay cuatro salones para eventos con capacidad de hasta 250 personas, un centro de negocios con salas de juntas, la Sala Taurina para reuniones privadas y el Cinema Geneve, una sala de cine exclusiva con 24 butacas. El hotel también tiene gimnasio, spa con sauna y vapor, y el Quiet Garden, un precioso jardín escondido solo para huéspedes, ideal para relajarse o disfrutar de un snack.
Dónde comer y tomar algo dentro del histórico Hotel Geneve
Otras joyas del Hotel Geneve son sus tres restaurantes, todos abiertos al público. Está el Veranda Bistro, un espacio ambientado en un jardín vertical con pajaritos y muros cubiertos de plantas reales, aquí puedes disfrutar comida internacional con platillos como arrachera Porfirio, tostadas de pulpo al ajillo, camarones empanizados con coco y otras delicias. También está la cafetería Buenos Díaz, con entrada desde la calle, inspirada en el México del Porfiriato: paredes llenas de fotos antiguas, recuerdos de época y meseros vestidos como organilleros. Ahí puedes desayunar desde unos buenos chilaquiles o molletes, hasta pan recién hecho. Si vas por la noche, no te pierdas el Phone Bar, a un lado lobby museo. Tiene un estilo retro londinense y exhibe una colección de teléfonos antiguos. Ofrece cócteles clásicos y de autor, además de música en vivo de miércoles a viernes. El Hotel Geneve no solo es uno de los más bellos e históricos de la CDMX, también es un rincón lleno de encanto, sabor y muchas historias por descubrir. Solo toma en cuenta que para visitar el lobby museo necesitas ser huésped o consumir en alguno de sus restaurantes, pero vale totalmente la pena.
Dirección: Londres 130, Juárez, Cuauhtémoc
Página: hotelgeneve.com.mx/es
¡Conócelo, disfruta y comparte!