¿Cómo nace un pueblo? Algunos surgen alrededor de un templo, otros junto a una mina pero el de Jalpa de Cánovas creció a partir de una hacienda. Una tan fértil y próspera que creció tanto en hectáreas, cosecha, ganado, jornaleros y vida que terminó convirtiéndose en un pueblo. Y no uno cualquiera, uno tan encantador que en 2012 fue nombrado Pueblo Mágico, aunque sigue siendo de los menos conocidos de Guanajuato. Se ubica en el municipio de Purísima del Rincón, al norte del estado, justo en la frontera con Jalisco, por lo que su posición es estratégica pues forma parte de varias rutas turísticas. Por sus tierras fértiles, fue uno de los grandes productores agrícolas del país, por lo que también se le conoce como ‘El Granero de México’. Hoy todavía presume huertos de membrillo, trigales, nogales y hasta viñedos. Su historia y territorio ya son una joya por sí solas, pero sigue leyendo para descubrir todo lo que puedes ver y hacer en este bonito rincón de Guanajuato.


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De hacienda legendaria a Pueblo Mágico: así nació Jalpa de Cánovas
Vale la pena detenernos a conocer un poco más sobre la historia de Jalpa de Cánovas, ya que es muy interesante. Todo comenzó en 1542, cuando un hombre llamado Juan Villaseñor recibió de la corona española un enorme terreno de 7,365 hectáreas para criar ganado. La hacienda fue tan próspera que llegó a crecer hasta 70,000 hectáreas y pronto se convirtió en una de las principales productoras de trigo en el país. Con el paso del tiempo, la propiedad cambió de manos hasta que, en 1708, fue adquirida por la familia Monterde, que más adelante se unió a los apellidos Cánovas y Braniff. A finales del siglo XIX, Guadalupe Cánovas heredó la finca y la administró junto a su esposo, Oscar Braniff. De ahí viene el nombre con el que hoy conocemos al pueblo. Durante el Porfiriato, la hacienda alcanzó tal relevancia que hasta el propio Porfirio Díaz asistió a una boda en sus terrenos, y como gesto de distinción, se le otorgó el privilegio de contar con electricidad gratuita durante 30 años.

Qué ver en este Pueblo Mágico de Guanajuato
Con este contexto, no sorprende que la mayor atracción de este encantador pueblito sea la Ex Hacienda de Jalpa de Cánovas. Aunque tras la Revolución muchas de sus tierras se perdieron, aún se conserva el casco principal, que hoy funciona como museo. También siguen en pie el antiguo molino de trigo, el acueducto, y algunos vestigios de las trojes y la tienda de raya. En la Casa del Hacendado se pueden ver muebles originales y objetos que te transportan directamente a otra época. Después de recorrer la hacienda, vale la pena dar un paseo por la Plaza Principal: un jardín de estilo europeo con un hermoso quiosco al centro, rodeado de construcciones coloniales de los siglos XVII al XIX.


Ahí mismo se encuentra el Templo del Señor de la Misericordia, una impresionante iglesia de ladrillo rojo con estilo neogótico construida en 1908, donde destacan sus vitrales, murales y las grandes figuras góticas de los cuatro evangelistas. Otro sitio interesante es el Museo Luis Cabrera, un pequeño pero valioso espacio que resguarda la historia del pueblo a través de fotografías antiguas, herramientas, documentos, y planos originales de la antigua hacienda. Y si quieres conocer otro rincón con mucha historia, no dejes de visitar el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, un templo con más de 300 años, construido por los primeros misioneros y dedicado a la Virgen de Guadalupe.


Presas, reservas y viñedos: el encanto natural de Jalpa de Cánovas
Otra de las maravillas de Jalpa de Cánovas es que está rodeado de agua, lo que le da un paisaje único, y donde destacan dos de sus joyas arquitectónicas: la Presa Nueva o de Santa Efigenia que es la más grande, construida a finales del siglo XIX, y la Presa Vieja o de Santa Eduviges. Ambas son perfectas para relajarte o hacer ecoturismo, con actividades como paseos en kayak o en lancha. Si buscas más naturaleza, no te pierdas La Nogalera, una reserva con más de mil nogales, donde puedes caminar por el Jardín Francés y disfrutar del paisaje.


No dejes de visitar la Bodega El Lobo, un viñedo de 25 hectáreas que puedes recorrer mientras pruebas sus etiquetas. Antes de irte, prueba su gastronomía local con delicias como el caldo de zorra o xoconostle, las enchiladas con cecina, el mole de nuez y el membrillo enchilado. Y si quieres llevarte un pedacito de Jalpa, busca sus conservas, mermeladas, máscaras policromadas, licores y vinos. Como ves, este rincón del norte de Guanajuato tiene encanto por donde lo veas, así que definitivamente merece una visita.


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