Todas las colonias de la CDMX tienen sus ‘spots’ de culto. Aquellos a los que acudes cada vez que deseas tener un servicio de excelencia, una buena oferta de mixología y las mejores opciones a la carta para satisfacer no solo tus antojos, sino aquellos que se le presentan también a tus acompañantes. Uno de esos lugares que probablemente se convertirá en un clásico para sibaritas como para foodies y jóvenes sedientos de un buen drink es Ko Ma, el nuevo proyecto de los grandes Mikel Alonso y Gerard Bellver.
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Pero ¿cómo es posible que un local logre ser adecuado tanto para una celebración especial de manteles largos como para una tarde de precopeo al mismo tiempo?Aunque no lo creas, Ko Ma lo logra a la perfección, ya que su concepto fue pensado para que dos ambientes totalmente diferentes lograran convivir en un mismo sitio: un restaurante de comida internacional y manteles largos que contrasta con un bar con mesas altas, periqueras y una espléndida barra, todo con el objetivo de que puedas optar por ir por unos drinks, por ir a celebrar un aniversario o el cierre de algún negocio sin la necesidad de moverte de lugar.
El equipo de Food and Pleasure, tuvo la oportunidad de disfrutar de ambos escenarios en una misma tarde, y solo te podemos decir que lo primero que nos sorprendió fue la arquitectura de Ko Ma, con materiales como granito, madera de haya, latón barnizado y espejos como principales protagonistas tanto en sus salones privados –equipados con todo lo necesario para una estancia inolvidable– como en el resto del restaurante.
En Ko Ma, uno de los elementos más importantes es el timing y el servicio de excelencia, por lo que tanto sus mixólogos como los meseros, te ayudarán a encontrar la elección perfecta para ti con tan solo un par de preguntas. Digamos que son una especie de psicólogos que en seguida logran descifrar lo que necesitas para olvidarte de los problemas y el estrés de la vida diaria. Justo lo que necesita todo citadino hambriento de descanso y disfrute.
Cuando nos sentamos en la barra del bar Ko Ma, nos ofrecieron un extraordinario Red Snapper para comenzar –una especie de Bloody Mary preparado con ginebra, jugo de tomate, limón, sal, salsas, ajo bitter de apio y camarón seco– definitivamente tienes que probarlo si te encantan las bebidas que se inclinan hacia sabores salados y con un toque picante.
Posteriormente, probamos un cóctel que simulaba el sabor de un Key Lime Pie, preparado con leche, limón verde y amarillo, clara de huevo y gin. Fue entonces cuando comprendimos el comentario de Mikel Alonso cuando nos platicó que en Bar Ko Ma buscan «alimentar a los comensales por medio de la mixología, con tragos hechos a medida». Fue como si hubiéramos probado un plato fuerte y un postre a través del líquido.
Al poco tiempo, pasamos al área del restaurante, pero no sin antes visitar su hermosa cava con más de 250 etiquetas de vino de todo el mundo. Para nuestra visita, nos sirvieron el menú degustación con maridaje y a continuación te contaremos todo lo que probamos.
Para iniciar, probamos un Foie Gras Mi-Cuit, anguila frita y caramelo de zanahoria con naranja, servido con espuma y pan de zanahoria para acompañar. En este platillo, destacó la espléndida combinación de texturas ligeras y suaves, casi como mantequilla en boca con un sabor refinado y contraste de sabores dulces y salados.
Posteriormente, llegaron frente a nosotros los Ostiones Kumiai, templados en tierra de Rockefeller –quelites– y envueltos en pancetta de cerdo ibérico, lo sirven con ceniza de quintonil y frutos de yogurt con queso parmesano. Para maridarlo, no podía faltar un vino de la región de Mikel Alonso, un Rias Baixas Albariño 2014 de Fillaboa. El matrimonio perfecto de aromas, sabores y texturas.
Poco después, pudimos disfrutar de un salmón poché con muselina gratinada de coliflor y cremoso de brócoli, cocinado al alto vacío, lo que por supuesto le otorgó la textura y cocción perfecta al pescado, el cual formaba la mancuerna perfecta con la aterciopelada salsa de la cual, por supuesto, no dejamos ni una gota en el plato.
El cuarto tiempo consistió un un Turnedó de res envuelto con pancetta de cerdo ibérico, con fricandó de hongos con jerez y foie cremoso. Un imperdible por fusionar el sabor y la grasa del cerdo con las notas a jerez y la textura del foie y la carne de forma divina. Nosotros jamás nos cansaríamos de ordenarlo y sinceramente nos pareció una de las estrellas de la tarde.
Para terminar, no podía faltar un postre que le otorgara el cierre con broche de oro a nuestra magnífica velada, y en esta ocasión se trató de un Bourdalou –pastelitos de Frangipane, almendra, pera a la vainilla y helado de ron con pasas. Uno de esos postres que te conquistan no por sus altas dosis de azúcar, sino por su tendencia aromática y su perfecta fusión de sabores. A nosotros nos cautivó.
Así que ya lo sabes, si quieres vivir la historia de amor entre un bar y un restaurante de manteles largos que conviven a la perfección, sin opacarse uno al otro, sino más bien complementarse e impulsarse, entonces no dudes en visitar este concepto que a solo un mes de apertura, ha logrado atrapar cientos de corazones sibaritas y foodies que desean comer y beber rico mientras se sienten como en casa.
¡»Ko Ma N», disfruten y compartan!