París es uno de los destinos más visitados en todo el mundo, conocido como la ciudad del amor y con un atractivo turístico destacable, lleno de maravillosos museos que muestran el acervo artístico de Europa y construcciones de un precioso estilo afrancesado. Una de las más antiguas es ahora un hotel de lujo, alojamiento que sin duda alguna hará sentir a sus huéspedes como si durmieran dentro de un Versalles moderno. ¡Se llama Le Meurice, y aquí te contamos más sobre él!
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Así como París cuenta con infinidad de alojamientos que reflejan su carácter romántico, también alberga algunos hoteles que permiten apreciar un poco sobre la ostentosidad arquitectónica que caracteriza a sus construcciones más clásicas, y Le Meurice es uno de los más especiales. Este sitio recibe el título del hotel de lujo más antiguo de París, una de las primeras construcciones sobre Rue de Rivoli y con una vista privilegiada al Jardín de las Tullerías.
A pesar de que su propiedad se adquirió en 1811, Le Meurice abrió sus puertas hasta 1835, año en el que ganó gran popularidad entre turistas ingleses e inclusive se apodó como el ‘Hotel de Reyes’, esto debido a que en repetidas ocasiones alojó a miembros de la familia real –entre ellos la Reina Victoria durante su visita oficial a París en 1855—e importantes figuras artísticas –se conocía como la segunda casa de Salvador Dalí–.
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A lo largo de los años, Le Meurice pasó por diversas remodelaciones que mantuvieron su carácter clásico y artístico, convirtiéndose en uno de los hoteles de lujo más especiales en París. Actualmente cuenta con el reconocimiento especial de ‘Palacio’, así como la ‘Luxury Hotel Label’ otorgada por el Ministro Francés de Turismo y variedad de espacios que reflejan su ostentosidad exclusiva –entre ellos un restaurante liderado por el chef Alain Ducasse, acreedor a múltiples estrellas Michelin–.
Una de las últimas restauraciones de este hotel en París fue la incorporación de 49 suites, incluyendo también una penthhouse suite de ‘fusión’ perfecta entre vistas panorámicas hacia la ciudad, habitaciones espaciosas y de grandes entradas de luz, decoración clásica, elementos artísticos y tapices armonizando sus paredes. Ya sea para consentirse con una estancia de lujo, deleitarse con las especialidades de sus propuestas gastronómicas, o disfrutar de un buen trago en uno de los espacios más exclusivos del destino, visitar este hotel en París será como tener acceso privilegiado a un Versalles inmerso en plena ciudad.
