La biodiversidad de los campos mexicanos se traduce en un compendio impresionante de sabores, aromas y texturas que brotan de la tierra y nutren tanto a los pueblos como a la cultura. La gastronomía es uno de esos elementos culturales directamente relacionados a la tierra —y a las manos que la cultivan—, tanto en el terreno de la comida como de la bebida. Todos conocemos y amamos los destilados del agave, pero el panorama de los licores y destilados en México es muchísimo más amplio. Es por eso que Taller Atrafilia nace en 2015 como un proyecto cooperativo impulsado por el deseo de producir bebidas artesanales de alta calidad que capturen la diversidad del campo y las tradiciones mexicanas, como lo es Maleza, una serie de licores con sabores tremendamente mexicanos, entre los que destaca en licor de cempasúchil que llevará tus niveles de esta temporada al siguiente nivel.
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Todas los productos de Taller Astrafilia giran en torno a las prácticas sustentables, los esquemas de comercio justo y el apoyo a pequeños productores. Hoy por hoy, una de las joyas de la familia de Taller Astrafilia es Maleza, entre cuyas botellas destaca un licor de cempasúchil elaborado con flores cosechadas en pequeños lotes en Michoacán. Los sabores amargos de la flor de cempasúchil se complementa con una mezcla de flores silvestres con acentos cítricos, especias y miel de agave, para crear una bebida altamente aromática que aporta muchísimo sabor a cualquier trago.
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Uno de los puntos fuertes de este licor de cempasúchil es su versatilidad. El cempasúchil se ha utilizado desde tiempos prehispánicos como parte de los rituales del Día de Muertos, pues se creía que los pétalos de esta flor servían para guiar a los espíritus de regreso a su hogar durante la noche de muertos, pero también por sus propiedades medicinales para aliviar problemas digestivos, reducir la fiebre y tratar la tos. Hoy por hoy, este licor explota todas las virtudes del cempasúchil y las flores silvestres del oeste del país, y es ideal para utilizarse en coctelería, desde beberla con agua mineral y hielos, hasta mezclarla con cerveza clara en una tarde calurosa, o un espectacular carajillo para las tardes de otoño.
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