5 rincones que harán que te enamores de la ciudad de Tlaxcala (a nada de la CDMX)

A menos de dos horas de la Ciudad de México, la ciudad de Tlaxcala es uno de los destinos que deberíamos tener más presentes en el radar. Su fama por ser el estado más pequeño es bien merecida, pero en realidad esa es una característica que puede ser utilizada a su favor, pues una vez ahí, todo queda a la vuelta de la esquina. Si todavía piensas que Tlaxcala es demasiado pequeño para figurar en tu bucketlist, aquí te dejamos cinco lugares que harán que te enamores de su capital.  

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Catedral de Nuestra Señora de la Asunción Tlaxcala (ex convento Franciscano)

Este templo fue uno de los primeros en levantarse en América —de hecho, fue uno de los cuatro grandes templos que los frailes franciscanos erigieron a su llegada al Nuevo Continente—, entre 1530 y 1536. El artesonado de madera del techo es uno de los pocos que se conservan en el continente que reflejan el estilo mudéjar, y los arcos de su capilla abierta (conocida como “Capilla del Rosario”) también remiten al gusto árabe. En el sagrario se pueden admirar los hermosos retablos barrocos, como el retablo principal con la imagen de San Francisco de Asís sosteniendo tres mundos, el cual fue traído desde Filipinas en el siglo XVIII. 

Palacio de Gobierno del Estado de Tlaxcala

La fachada de tabique, las puertas talladas en madera maciza, la herrería de los balcones exteriores y la cantera labrada de la fachada dan la bienvenida a un edificio cargado de historia. La construcción inició en 1545 y comprendía la Alcaldía, la Alhóndiga y las Casas Reales. Desde ese momento hasta ahora ha sido sometido a múltiples remodelaciones debido a incidentes como terremotos, inundaciones e incluso los estragos de la Revolución Mexicana. En el interior se pueden apreciar los murales del artista tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin, los cuales narran la historia del estado. }

Escalinata de los Héroes y mirador 

Se dice que Tlaxcala es diminuto y aunque algo de razón hay en ello, definitivamente viene bien un mirador para poder apreciar la ciudad en todo su esplendor. La Escalinata de los Héroes consta de 250 escalones, y se construyó en 1960 con la idea de consagrarla a los héroes de la independencia. Sin embargo, con el paso de los años se fueron sumando estatuas de personajes de otros periodos de la historia. Para amenizar la subida, por el centro de la escalinata corre una preciosa fuente que llena de vida y destellos de luz el recorrido. 

DIRECCIÓN: Escalinata de los Héroes, Centro, Tlaxcala de Xicohténcatl, Tlax.

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Plaza de toros Jorge ‘El Ranchero’ Aguilar

A un costado de la torre de la Catedral, se dice que esta es una de las plazas de toros más bonitas de todo el país. La tradición taurina del estado ha ido creciendo a lo largo de los siglos, pues se tiene registro que desde 1867 ya existía en este lugar un redondel bastante más rústico donde se llevaban a cabo las corridas, y durante el siglo XX se hicieron las ampliaciones hasta llegar a esta plaza, con capacidad para 2500 espectadores. 

EVOKA

Este restaurante del chef Francisco Molina fue uno de los pioneros en enaltecer el nombre de Tlaxcala como ciudad gastronómica. Para hacer esto, se guarda un profundo respeto y lealtad a los ingredientes locales, explotando todo su potencial a través de platillos creativos como el tamal de plátano morado con barriga de cerdo y mole de avellana y el helado de maíz tierno. De la mano con campesinos, tlachiqueros y artesanos, Evoka cuenta con una milpa en Santa Anita Huiloac para surtir los insumos del restaurante. Si bien no está exactamente dentro de la ciudad de Tlaxcala, el viaje en coche toma menos de media hora y vale muchísimo la pena.