Comienza a acercarse el verano y con él, la época del año en la que quien no sale de viaje, recibe a sus amigos que vienen de vacaciones a la Ciudad de México. Tener visitas en casa es un deleite, pero la responsabilidad de armar los itinerarios perfectos para enamorar a tus invitados puede ser abrumadora, sobre todo con la gran variedad de planes que ofrece la ciudad. Sin embargo, existen algunos ‘musts’ que casi son parada obligatoria para todos los turistas. Aquí te dejamos cinco museos imprescindibles de la CDMX que tus amigxs foráneos amarán.
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MUSEO FRIDA KAHLO
Pocos personajes han pasado a la historia para convertirse en íconos de la cultura mexicana como Frida Kahlo. Y es que además de su destreza con el pincel, sus fascinantes mundos interiores, su fiereza política, su sensibilidad y su sentido del humor punzante, la historia de esta mujer que alegaba haber nacido con la Revolución Mexicana (aunque en realidad nació tres años antes) es digna de relatos épicos. El Museo Frida Kahlo en Coyoacán —mejor conocido como La Casa Azul— es la materialización del universo íntimo de la artista mexicana: objetos personales, pinturas suyas y de su esposo, su colección de arte popular y esculturas precolombinas, fotografías, documentos, libros y muebles que consolidaron el imaginario de Kahlo. Aquí pasó la mayor parte de su vida, tanto los años más felices como los más tortuosos, y sobre todo, algunos de los momentos cruciales de su desarrollo como artista. Hoy por hoy, la casa todavía respira su esencia y atrae visitantes de todo el mundo que desean adentrarse en las profundidades de los mundos internos de Frida.
CASTILLO DE CHAPULTEPEC
Este edificio que corona el cerro de Chapultepec en el parque más famoso e importante de la CDMX es una visita casi obligatoria para todo visitante. Sus muros plagados de memoria son sede del Museo Nacional de Historia, el cual narra la historia de México desde la conquista de Tenochtitlan hasta la Revolución Mexicana a través de una gran variedad de objetos representativos de estos cuatro siglos a lo largo de los cuales se forjó la identidad nacional de nuestro país. El lugar por sí mismo es una joya tanto por sus panorámicas privilegiadas del bosque y los rascacielos de Reforma como por su arquitectura que cuenta la historia de un edificio cuya construcción comenzó a finales del siglo XVIII para ser la casa de descanso del virrey de la Nueva España, para luego convertirse en colegio militar, residencia imperial para Maximiliano y Carlota, residencia de los presidentes y, finalmente, en museo. Si quieres darle a tus amigxs foráneos una buena idea de la historia de México, este es el lugar dónde empezar.
MUSEO DEL TEMPLO MAYOR
Para complementar tu visita al Castillo de Chapultepec, es justo y necesario un recorrido por el Templo Mayor. No es secreto que la Ciudad de México se edificó sobre las ruinas de la antigua Tenochtitlan, la capital de un imperio que en poco más de cien años se hizo del control de toda la cuenca del Valle de México. Ubicado casi milagrosamente entre Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana —dos edificios coloniales de enorme importancia histórica y cultural—, el sitio arqueológico del Templo Mayor conserva el centro ceremonial más importante para los mexicas: una pirámide dual dedicada, por un lado, al dios solar y de la guerra (Huitzilopochtli), y por el otro, al dios de la lluvia y la agricultura (Tlaloc), los dos pilares de esta civilización A un costado se encuentra el Museo del Templo Mayor, donde se resguardan piezas fundamentales de esta gran cultura como la Coyolxauhqui (diosa de la luna) y Tlaltecuhtli (diosa de la tierra), entre otros objetos que van construyendo la historia de este lugar antes de la llegada de los españoles.
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MUSEO FRANZ MAYER
Aunque quizá este museo no suele incluirse en la lista de grandes imperdibles, su valor radica en la versatilidad de su acervo y sus exposiciones: libros, pintura, fotografía, artes decorativas, diseño, textiles, arte popular, entre otras. Entrar al Franz Mayer es siempre un deleite en el que seguro aprenderás algo nuevo, o considerarás lo familiar desde una perspectiva diferente, o descubrirás que los objetos cotidianos son medios excelentes para descifrar a una sociedad. Desde la colección permanente de mobiliario y artefactos virreinales hasta las exhibiciones de World Press Photo y diseño de moda, el Museo Franz Mayer siempre busca alentar la innovación, la creatividad, la curiosidad y el diálogo. Además, el museo se ubica en un increíble edificio del siglo XVI en el Centro Histórico que perteneció a la orden San Juan de Dios y funcionó como hospital hasta 1966.
BELLAS ARTES
El Palacio de Bellas Artes es uno de los grandes orgullos de todos los chilangos, y probablemente es el primer museo que se nos viene a la mente cuando empezamos a planear itinerarios para pasear a nuestras amistades foráneas. Y sucede que, en este caso, la fama es muy bien merecida. De entrada, el edificio en sí mismo —ubicado a un costado de la Alameda Central— es una belleza, con su fachada Art Nouveau e interiores Art Decó, el telón de cristales Tiffany de la Sala Principal y los murales de Diego Rivera en el último piso (para empezar). Gracias a su tamaño, la cartelera suele ser variada y podrás elegir entre más de un par de exposiciones para recorrer, o bien asistir a un concierto o al ballet folklórico.
