Amamos las terrazas y en específico las terrazas que tienen la mejor vista hacia un espacio arbolado. Por ello, desde que vimos el restaurante Nativo Polanco por fuera, sabíamos que teníamos que llevar a cabo una visita. Sus cómodos asientos con almohadas y hierbas aromáticas por todo el lugar crean la mancuerna perfecta con una iluminación cálida, romántica, que sencillamente invita a quedarse.
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Nativo es uno de esos restaurantes que calificaríamos como «ideales para una cena romántica», aunque se trata de un lugar versátil que puede servir perfectamente para llevar a cabo una comida de negocios, una reunión de precopeo con amigos o una celebración familiar los fines de semana. Se trata de esos lugares que se convierten en clásicos a los que siempre deseas regresar.
Desde el momento de nuestra llegada, nos maravilló su excepcional oferta de coctelería a cargo del mixólogo Esteban Cabrera, quien se dedica a crear tragos que no solo destacan por su excelente fusión de ingredientes y sabores, sino que cuentan con una historia detrás y un nombre que hace alusión a lo que quieren transmitir al comensal. Lo mejor de todo, es que cada comensal puede pedir su propio trago personalizado de acuerdo a sus gustos en particular. Cítrico, afrutado, especiado, sin alcohol, las opciones están abiertas al mood que lleves ese día.
Nosotros comenzamos nuestra experiencia con un Gin TT, con cítricos e ingredientes como Jamaica -en el caso de la versión rosa- y carbón activado -para la versión color negro- que destaca por su frescura y tendencia cítrica que no deja atrás un acento frutal ligero, ideal para comenzar una tarde de drinks. Además probamos una propuesta llamada Mezcalcoatl, preparada con mezcal y yaka, una fruta que destaca por contar con notas aromáticas de piña, plátano, mango, naranja, melón y papaya.
Si eres de los que prefieren los tragos más espectaculares, entonces te recomendamos que pruebes «Lost», preparado con ron añejo, piña, carbón, limón real, coco y bíter de angostura; Lo interesante es que lo llevan hasta tu mesa sumergido en una cortina de humo que le otorga un toque ahumado a la galleta con la que los sirven y al trago en general.
Ahora, si te consideras el rey de la fiesta y tu objetivo es que la noche sea larga, te recomendamos el cóctel «Walking Death», preparado con Absinth, ron y jarabe de maracuyá. Es todo un espectáculo pues lo flamean en la mesa, por lo que probablemente la mesa de al lado solicitará que les lleven uno igual al tuyo.
En Nativo además ofrecen exquisitos carajillos con helado de vainilla para que -si lo deseas- crees una versión más cremosa de este clásico al revolver el trago hasta que se deshaga la bola de helado. Lo mismo ocurre con un cóctel a base de vodka, jugo de arándano y concentrado de vainilla, el cual puedes disfrutar en su versión original o en su versión cremosa.
Pasando al tema de la comida, debemos comentarte que Nativo nos cautivó por su cocina sincera, en donde ingredientes de proximidad de la más alta calidad juegan un papel fundamental para constituir platillos que destacan por su originalidad, por su excelente presentación -sin querer ser pretenciosa- y por su espléndido sazón que sencillamente te hará volver una y otra vez al lugar. En Nativo verdaderamente prestan atención a cada detalle y es evidente que lo que hacen, lo hacen con el corazón.
Para comenzar probamos un carpaccio de caña de res con alioli de ajo, tomate deshidratado, aceitunas negras y vinagreta de cítricos. Lo sirven con un pan rústico que hornean ahí mismo, y sinceramente, no hay mejor manera de comenzar tu velada que con esta especialidad. Si lo que buscas es una opción fresca y con sabor a mar, entonces te recomendamos el ceviche peruano de pesca del día -en nuestro caso lo prepararon con Dorado-, el cual es creado con ingredientes como ají amarillo, camote, cremoso de aguacate y limón.
Al poco tiempo, disfrutamos de tres tacos diferentes: el Taco Nativo, preparado con costra de queso, chicharrón, mousse de aguacate, picaña y chistora, la Gringa de Costilla, que destaca por su suavidad y excelente sabor y el Taco de Chicharrón de Camarón con ensalada Thai, servido sobre una cama de cremoso de aguacate. La verdad, es que difícilmente podríamos declarar un ganador de este trío, lo que te podemos decir es que vale la pena pedir uno de cada uno para que tú mismo decidas cuál es tu favorito.
Posteriormente, nos deleitamos con una infladita de chamorro adobado con cebolla encurtida, nuevamente la carne destacó por su suavidad y su excelente sabor, el cual se cortaba perfectamente con la acidez de la cebolla encurtida, un matrimonio perfecto.
Si ya se te está haciendo agua la boca, olvida todo lo anterior. Lo que definitivamente tienes que probar cuando vayas a nativo es su Bao de Pork Belly, nuestra entrada favorita de la tarde por su contraste de texturas y espléndido sabor. El Pork Belly lo sirven crujiente, perfectamente sazonado con salsa BBQ coreana y acompañado con col morada encurtida y mousse de aguacate. Un pedacito de paraíso.
Pasando al plato fuerte, debemos advertirte que es imperdonable que te vayas de Nativo sin probar su suculento Short Rib Braseado, el cual cocinan durante 12 horas para lograr el punto de cocción y textura perfecto. Lo acompañan con puré de calabaza de castilla, semilla de calavaza, miel de agave, flor de sal y cebollín. Cuando ordenes este platillo puedes solicitar que saquen los cuchillos de la mesa, pues ¡no los necesitarás para partir la carne! Se deshace como mantequilla tanto con el tenedor como entre tus dientres.
Para los fanáticos de la cocina de mar, el imperdible es el pulpo zarandeado, un pulpo a las brasas con verduras salteadas y puré de elote tatemado -al cual ya somos adictos-. Antes de llevarlo a tu mesa se aseguran de ahumarlo con humo de maíz, lo que termina en todo un espectáculo al momento de que el mesero quita la campana del plato justo frente a ti.
Con el objetivo de hacer honor a la frase «eres lo que comes», decidimos terminar nuestra comida con un «Borrachito de Elote», un pan de elote completamente bañado en salsa de cajeta y mezcal, servido con hlado de vainilla y ganache de chocolate, una verdadera delicia. Si eres tan fanático del queso como nosotros, entonces tu postre predilecto será el Cheesecake de Frambuesa, que destaca por su suavidad y por ser de los pocos postres en los que predomina el sabor del queso que hemos encontrado en la CDMX, algo que se agradece profundamente. Lo acompañan con bombones de frambuesa, helado de queso de cabra y miel de lavanda.
Ir a Nativo es toda una experiencia que comienza desde el momento en el que observas sus bellas instalaciones, su vajilla hecha a mano, sus copas, vasos, tazas y cuchillos creados específicamente para el lugar -los cuales puedes comprar, por cierto-, hasta el instante en el que pones el primer bocado de comida y el primer trago en tu boca. Nativo es cocina de origen en la terraza más espectacular que promete convertirse en EL lugar para salir a comer y a beber delicioso, en el mejor entorno.
¡Coman, disfruten y compartan!