Dentro de la enorme tradición culinaria que se desarrolla a lo largo de cada rincón del territorio mexicano, pocas comidas son tan representativas como el pan de muerto. Y es que además de ser un apapacho en el paladar, es uno de los grandes emblemas de las celebraciones del Día de Muertos, las cuales tienen su orígenes en la cosmovisión de los pueblos prehispánicos, quienes entendían a la muerte como una continuación de la vida, y no como un punto final. Aunque las recetas de pan de muerto varían enormemente dependiendo de dónde se coma, pocos son tan originales como el pan de muerto de Mitla, en Oaxaca, que a pesar de ser muy diferente a los panes convencionales, tiene una tradición antiquísima y con mucho arraigo en la comunidad.
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El territorio que hoy es el Pueblo Mágico de San Pablo Villa de Mitla fue habitado por zapotecos y mixtecos en distintos periodos, de lo que se deriva una mezcla cultural muy específica de la región. El nombre de Mitla proviene del náhuatl ‘Mictlán’, como se llamaba al ‘lugar de descanso’ al que se iba después de morir. No es sorpresa entonces que el pan de muerto de Mitla tenga características tan particulares, y que la tradición esté tan arraigada en las costumbres y las actividades del pueblo, donde preparar el pan de muerto es una tarea que se enseña de generación en generación.
Lo que hace especial al pan de muerto de Mitla no es su masa —cuya preparación es la misma que el pan de yema típico de los pueblos de Oaxaca— sino su diseño, el cual se dibuja con pasta blanca de azúcar, huevo y limón para formar los diseños más vibrantes, que incluyen desde flores, velas y cuerpos humanos hasta las grecas que se replican en los muros del sitio arqueológico de Mitla. Muchas veces, son los propios clientes quienes dan las especificaciones del diseño de los panes con los que decorarán sus ofrendas.
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Durante la celebración del Día de Muertos, que va del 30 de octubre al dos de noviembre, el pueblo se viste de fiesta con una gran ofrenda tradicional y tapetes de arena y aserrín de colores que decoran las calles y los patios de los edificios principales. Aunque este Pueblo Mágico tiene un encanto que no flaquea en ningún momento del año —pues aquí se encuentran sitios tan populares como Hierve el Agua, la zona arqueológica de Mitla y el legendario Árbol del Tule—, visitar Mitla durante estas fechas es una oportunidad única para descubrir tradiciones muy auténticas y diferentes.
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