¿Quién no esperaba con ansias los paseos escolares en la primaria y la secundaria? No importa a dónde fueran, siempre se sentía como una enorme aventura salir del salón de clases y dirigirse al camión que los llevaría a todos a conocer lugares sorprendentes. Si bien muchas veces lo más emocionante era escaparse del aula y pasar el día con los compañeros recorriendo la ciudad, la realidad es que, en retrospectiva, muchos de los lugares que visitamos en los paseos culturales de la escuela son grandes joyas a las que vale la pena volver de adulto, con una mirada fresca pero igual de curiosa. Aquí te dejamos seis lugares a los que seguro fuiste de paseo escolar a los que amarás regresar.
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Castillo de Chapultepec
Uno de los paseos escolares prácticamente obligatorios en la primaria es el Castillo de Chapultepec. Ubicado en medio del bosque y de la ciudad a la vez, este es un lugar cuya magia se combina con su impresionante legado histórico. En este increíble edificio se encuentra el Museo Nacional de Historia, el cual resguarda objetos de distintas índoles —desde pintura, escultura y documentos hasta indumentaria, mobiliario y armas— que cuentan la historia no solo de nuestra nación, sino de la vida de sus ciudadanos. Por otro lado, este lugar impregnado de historia recuerda aquella lejana época cuando sirvió como residencia para los emperadores Maximiliano y Carlota de Habsburgo, y luego para el presidente Porfirio Díaz, así como el tiempo en el que fungió como antiguo Colegio Militar.
Palacio Nacional
Otro lugar que seguro visitaste en un paseo escolar —más aún si estudiaste área III o IV— es el Palacio Nacional. La historia de este sitio se remonta a la época prehispánica, pues aquí mismo, a un costado del Templo Mayor, se encontraban las casas de Moctezuma II. Tras la conquista, Cortés decidió construir aquí su propia residencia, la cual sería adquirida posteriormente por la corona española para convertirse en el Palacio Virreinal, el cual se conocería finalmente como Palacio Nacional después de la victoria independentista. Quizá el recorrido escolar no fue el más emocionante, sin embargo, un vistazo un poco más consciente revela los tesoros escondidos dentro de este inmueble desde siempre vinculado con la clase gobernante, como los murales de Diego Rivera, el Museo Histórico de Palacio Nacional y el Antiguo Recinto Parlamentario.
MUNAL
Conforme pasan los años, uno va desarrollando un profundo aprecio por todos los tesoros que esconde el Centro Histórico más allá de sus calles bulliciosas y llenas de vida. El Museo Nacional de Arte es uno de esos espacios de insospechada quietud en el corazón de la ciudad, cuya arquitectura —uno de los edificios más bonitos de la CDMX, con un estilo ecléctico que conjuga elementos del gótico y del clásico para evocar el progreso y crear espacios de techos altos y pisos de mármol que invitan a la introspección— es suficiente para dejar a cualquiera maravillado. Por otro lado, la cartelera del museo es una delicia que explora distintas manifestaciones artísticas representativas de México desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX, exhibiendo obras de artistas como Miguel Cabrera, José María Velasco, Dr. Atl y Diego Rivera, entre otros.
MIDE
Podría resultar sorprendente, pero el equipo detrás de la museografía del Museo Interactivo De Economía dio justo en el clavo al momento de diseñar un recorrido para enseñar a las infancias —y, en realidad, al público de todas las edades— principios básicos y no tan básicos sobre economía y salud financiera. Si tuviste la fortuna de visitar este lugar en un paseo escolar, seguramente recordarás lo divertido de cada una de sus salas, repletas de actividades como un Simulador de Mercado —que pone en acción los principios de la oferta y la demanda—, así como módulos enfocados en el ahorro y los presupuestos, el cuidado del medio ambiente a partir de la economía y el proceso de elaboración del dinero.
Cosmovitral de Toluca
Con cada año que pasaba en la primaria o secundaria, los paseos escolares se iban volviendo un poco más complejos, y muchas veces esto se traducía en visitar lugares fuera de la ciudad a los que se podía ir y volver fácilmente antes de que oscureciera. Uno de los más populares era sin duda el Cosmovitral de Toluca, el cual seguro te robó el aliento cuando eras niñx y lo volverá a hacer ahora. Situado dentro de un edificio cuya estructura de estilo Art Nouveau se construyó durante el porfiriato para albergar un mercado, y donde hoy se encuentra un espectacular jardín botánico en el que habitan alrededor de 400 especies distintas, este vitral es también el más grande del mundo.
Cacaxtla
El legado prehispánico alrededor del territorio nacional es tan vasto y rico, que sería casi imposible no haber visitado al menos un sitio arqueológico en un paseo escolar. Uno de los más impresionantes y a los que vale la pena regresar otra vez es Cacaxtla. Ubicado en Tlaxcala —muy cerca de Valquirico—, a solo un par de horas de la CDMX, este lugar fue habitado por las etnias Olmecas-Xicalancas, y se cree que vivió su máximo esplendor entre los años 650 y 900 d.C. Aquí se pueden observar todavía antiguos murales prehispánicos, así como otras manifestaciones artísticas como las figuras de Los Once Señores de Cacaxtla.