No se puede negar que París es uno de los destinos más hermosos en todo el mundo, conocido como la ‘ciudad del amor’ por su atmósfera romántica, resguardando también infinidad de construcciones de arquitectura patrimonial y museos de renombre internacional. El ‘Petit Palais’ es uno de ellos, que si bien vale la pena recorrer por su increíble acervo histórico, también resguarda un precioso cafecito dentro de uno de sus jardines principales. Te contamos más.
El ‘Petit Palais’ se traduce como ‘pequeño palacio’, aunque su construcción no tiene nada de diminuta. Situada justo a un lado de los famosos Campos Elíseos, se establece como un verdadero remanso de arte y tranquilidad en la capital francesa, albergando el Musée des Beaux-Arts de la Ville de Paris —con más de 1300 obras de arte que van desde épocas antiguas hasta el siglo XX— y exposiciones temporales de temáticas más vigentes.
Existen diversas razones por las que visitar el Petit Palais, desde la oportunidad de descubrir un recorrido temporal de expresiones artísticas, hasta por sus espacios sublimes que también permiten sumergirse en diversas épocas y escenarios. Entre ellos está su precioso jardín, retomando elementos de los jardines clásicos de Francia.
Este jardín cuenta también con un pequeño café y restaurante, donde si bien las especialidades son sencillas, se aprecia el cuidado al producto característico de la cocina francesa. Hay desde baguettes clásicos hasta piezas de pan, así como delicioso café para visitantes que busquen un pequeño paraíso vegetal oculto entre el ajetreo citadino de París. Podrá disfrutarse una experiencia de relajación total, rodeada de plantas locales, palmeras exuberantes, árboles ornamentales e inclusive especies importadas desde Japón.
Sin duda alguna, el jardín del Petit Palais combina la grandeza del museo con la belleza natural de diversas especies endémicas, estableciéndose como un maravilloso recinto de flora exótica, piscinas Art Deco y decoraciones en mosaicos antiguos. Podría decirse que es una de las joyas naturales ocultas en París, y lo mejor de todo es que el acceso al museo es completamente gratuito para el público en general.