Pocos lo saben, pero a orillas del Lago de Chapala, en un pueblito llamado Petatán, ocurre uno de los espectáculos naturales más asombrosos de Michoacán: la llegada de miles de pelícanos borregones que migran desde el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos para escapar del invierno. Este fenómeno, comparable al de la mariposa monarca por su escala y majestuosidad, es una de las tres grandes migraciones naturales que se viven en el estado. La bendición de ser elegido cada año como hogar temporal por estas impresionantes aves le ha dado a Petatán un encanto muy especial, atrayendo a cientos de visitantes que llegan para presenciar cómo grandes grupos de pelícanos sobrevuelan el lago y se quedan a vivir, durante varios meses, a orillas del pueblo.


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El fenómeno de los Pelícanos Borregones
El fenómeno de los pelícanos borregones en el pueblo de Petatán sucede cada año, entre octubre y abril, cuando miles de pelícanos borregones –llamados así por su plumaje blanco y abundante que los hace parecer borregos a la distancia– viajan miles de kilómetros desde Canadá para pasar el invierno en las cálidas aguas del Lago de Chapala. Este año, por ejemplo, se registró la llegada de cerca de 23 mil pelícanos que llegaron a Petatán. Además de hermosos, son enormes: los pelícanos pueden medir hasta 1.75 metros de longitud y hasta 3 metros de envergadura con las alas extendidas.


Petatán: el pueblo que alimenta a miles de pelícanos cada año
Aunque los pelícanos eligen el Lago de Chapala por su clima ideal, hay una razón clave por la que vuelan específicamente a Petatán: su gente. Este es, ante todo, un pueblito de pescadores ubicado en el municipio de Cojumatlán de Régules. Aunque su territorio tiene forma de isla dentro del lago, está conectado por tierra firme y colinda con el estado de Jalisco. Su comunidad es conocida por su hospitalidad, su amor por la naturaleza y su dedicación total a la pesca. Y justo ahí está el vínculo especial: los pelícanos se alimentan de los restos de pescado que los propios pescadores les avientan, creando una relación de cooperación que ya forma parte de la vida cotidiana del pueblo. Esta simbiosis ha hecho que los pescadores de Petatán jueguen un papel crucial en la alimentación, y en cierto modo, también en el cuidado de estas majestuosas aves migratorias.



Qué ver y hacer en Petatán, el pueblo de los pelícanos
La llegada de los pelícanos es tan importante que a finales de febrero, el pueblo celebra el Festival Biocultural del Pelícano Borregón. La fiesta se lleva a cabo en la explanada frente al malecón y está dedicada a las aves como a la biodiversidad de la región. Hay talleres, presentaciones de música y danza, cine clubes, y un corredor gastronómico y artesanal. Pero aún si vas en otra fecha, el principal atractivo sigue siendo la observación de los pelícanos. Puedes verlos desde el malecón o subirte a una lancha para pasear por el Lago de Chapala y apreciarlos más de cerca. Si te gusta la aventura, también puedes rentar un kayak y remar entre las tranquilas aguas del lago.

Durante el día, las aves se dispersan, pero al caer la tarde regresan en bandadas para alimentarse con los restos de pescado que les dan los pescadores. Incluso los niños del pueblo venden carnaza, cubetas con desechos de pescado para que tú mismo puedas alimentarlos. El malecón está lleno de pequeños detalles que invitan a quedarse: banquitas tipo columpio para ver la puesta de sol, un muelle con un faro que se enciende por las noches, y antojitos locales que puedes disfrutar mientras admiras el paisaje. Petatán es un rincón discreto, pero lleno de vida que vale la pena descubrir.


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