Quintana Roo es uno de los estados predilectos al momento de planear unas vacaciones de encanto paradisiaco, ya que alberga algunos de los destinos más espectaculares de la Riviera Maya, así como infinidad de joyas ocultas que vale la pena descubrir. Entre ellas se encuentra Xul-Ha, un pequeño pueblo pesquero que será perfecto para quienes busquen un destino turístico que combine la belleza natural con la tranquilidad de un lugar alejado de las multitudes.
Xul-Ha es uno de los secretos mejor guardados de Quintana Roo, un pequeño destino ubicado aproximadamente a 15 minutos del Pueblo Mágico de Bacalar, compartiendo los encantos de su Laguna de los Siete Colores y estableciéndose como un escape de relajación personal para quien lo visite. Definitivamente, un sitio a considerar en caso de buscar una experiencia única en la Riviera Maya.
Se conoce principalmente por su impresionante laguna de agua dulce, la cual se encuentra conectada con el Mar Caribe a través de un canal estrecho. Ésta es hogar de una gran variedad de vida acuática –incluyendo peces de colores brillantes, rayas, tortugas y más–, que se puede apreciar casualmente a través de recorridos de snorkel, o bien explorarse mediante excursiones en kayak o en lancha –puedes consultar los de Ya’axká Experience Travel–.
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Debido a que Xul-Ha es uno de los pocos lugares en la zona que no presenta una sobre explotación turística, es importante visitarlo bajo un compromiso de responsabilidad ambiental, causando el menor impacto posible en su entorno. El destino cuenta con alojamientos más rústicos y sencillos, pero que se aseguran de contar con todas las comodidades necesarias para asegurar una estancia única, y resultan en unas vacaciones de descanso y relajación total.
Vale la pena aprovechar la visita a Xul-Ha para conocer también algunas de las maravillas naturales que le rodean, como sus cenotes contiguos –Cenote Azul, Cenote Cocalitos, Cenote Esmeralda, Cenote Negro–, la Isla de los Pájaros –un santuario natural de fauna sorprendente–, el Parque Ecoturístico Uchben Kah –lleno de manglares, arroyos y fauna endémica–, o los rápidos de Bacalar.
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