7 pueblos muy bonitos por los que amerita hacer un ‘road trip’ por Oaxaca

Oaxaca es el estado con más municipios del país, y aunque no todos son Pueblos Mágicos, hay muchos que hay que visitar al menos una vez. Y es que los paisajes naturales, culturales y gastronómicos de este estado del sur son tan variados como su geografía llena de sierras, playas y cascadas. Hogar de distintas civilizaciones prehispánicas, entre las que destacan la zapoteca y la mixteca, Oaxaca tiene un legado histórico y cultural impresionante que se pueden apreciar en su arquitectura, sus artesanías y su gastronomía. Lo mejor de todo es que, aunque los caminos son sinuosos, las distancias son perfectamente recorribles en un ‘road trip’ bien planeado. Así pues, aquí te dejamos siete pueblos súper bonitos para que hagas las maletas y salgas a redescubrir Oaxaca.

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SAN PABLO VILLA DE MITLA

El pasado prehispánico de este lugar se remonta a la época clásica (100-650 d.C.) y a lo largo de su historia fue habitado, en distintos momentos, por zapotecos y mixtecos. El lugar es conocido sobre todo por el sitio arqueológico de Mitla, cuyo nombre se deriva del náhuatl ‘Mictlán’ —que significa ‘Valle de los Muertos’— y sus cinco grupos de monumentos son considerados como el segundo centro ceremonial más importante de Oaxaca después de Monte Albán. Además de esta joya cultural, en Mitla se encuentran también tesoros como Hierve el Agua, los Palenques, las cuevas prehistóricas de Yagul, la zona arqueológica El Mogote, el legendario árbol del Tule, y varios talleres textiles que te robarán el aliento con la belleza de sus tejidos. 

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MAZUNTE

Este es uno de los Pueblos Mágicos más hermosos y archi-conocidos de Oaxaca, pues sus playas azul turquesa y su atmósfera bohemia son el escenario perfecto para un viaje relajado para desconectarse de la rutina y soltar todo el estrés de la ciudad. Además de tener los atardeceres más bonitos de la costa del Pacífico, aquí se pueden practicar actividades como el surf, buceo y snorkel, y visitar el Museo Nacional de la Tortuga. Sin perder su vibra de pueblo costero, Mazunte es uno de esos lugares en los que el lujo y la comodidad se han convertido en la norma y las encuentras a cada esquina. Por si los paisajes de selvas tropicales y las playas de arena dorada no fueran suficiente, la excelente gastronomía y la vida nocturna son dos factores más para hacer de tu visita a Mazunte una experiencia inolvidable.

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TEOTITLÁN DEL VALLE

De acuerdo con las crónicas de Fray Francisco de Burgoa, Teotitlán fue el primer asentamiento zapoteca en el Valle de Oaxaca a mediados del siglo XV. Ubicado a aproximadamente media hora de la capital del estado, es uno de los pueblos más bonitos que no pueden faltar en tu recorrido por Oaxaca, pues el lugar es famoso por sus extraordinarios tapetes de lana teñidos con pigmentos naturales y tejidos de forma artesanal mediante técnicas ancestrales que van desde trasquilar a los borregos hasta tejer los patrones geométricos en el telar de pedal. En el centro de Teotitlán encontrarás dos mercados: el mercado de artesanías, donde podrás maravillarte con todo tipo de productos elaborados a mano en la comunidad, y el mercado municipal, para degustar los platillos e ingredientes más emblemáticos de la región (no te olvides de probar los siete moles y el chocolate).

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TLACOLULA

Si de por sí Oaxaca es un destino imperdible para los viajeros foodies, Tlacolula es una parada obligatoria para degustar las tlayudas, tamales, moles, dulces, carnes, insectos, panes y memelas más deliciosas y auténticas que encontrarás. El domingo es día de tianguis, un verdadero paraíso para los amantes de los ‘antojitos’ callejeros donde productores de distintos lugares se reúnen para ofrecer todo tipo de manjares. Otro de los sitios que vale la pena explorar en este pueblo es el templo de la Asunción, una de las muestras más bellas del barroco mexicano, con una imponente fachada con dos torres cuya sobriedad puede resultar engañosa al compararla con la exuberancia del interior, recubiertos con pinturas y retablos.

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HUAUTLA DE JIMÉNEZ

Este es otro de los Pueblos Mágicos de Oaxaca que se abren paso entre la neblina para presentar las panorámicas más estremecedoras de la Sierra Mazateca —casi sobre la frontera norte del estado—, colmada de montañas, cascadas, ríos y grutas. Aquí, los vestidos bordados y el canto del caracol son una constante en la atmósfera ancestral marcada por la medicina tradicional y los rituales espirituales. Un ejemplo de estas tradiciones curativas son las limpias y la ingesta de hongos en ceremonias guiadas por chamanes. 

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SALINA CRUZ

Este pequeño y tranquilo pueblo costero es una alternativa a las playas más concurridas de Oaxaca, sin perder el encanto de las aguas azules del Océano Pacífico. Aquí podrás elegir entre un abanico de opciones para pasar las vacaciones perfectas en la playa que mejor se ajuste a tu plan. Por ejemplo, en Las Escolleras podrás admirar cerros que emergen del agua en el horizonte, mientras que en Bahía La Ventosa es ideal para volar papalotes o practicar kitesurf, y Punta Conejo se conoce por sus largas olas perfectas para surfear (o sencillamente observar el deporte desde la arena). Pasear por el malecón al atardecer es un sueño, y más si la caminata termina en alguno de los restaurantes que ofrecen lo mejor de la comida oaxaqueña y pesca del día.

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SANTA CATARINA JUQUILA

Este lugar es uno de los destinos de turismo religioso más importantes del país, e independientemente de que asistas como fiel o como espectador, presenciar la llegada de miles de peregrinos que visitan el Santuario de la Inmaculada Virgen de Juquila, con su fachada blanca de influencia colonial, es verdaderamente impactante. El encanto de esta comunidad rural radica en su autenticidad, que permite ver un ejemplo vivo del mestizaje religioso, la calidez de sus habitantes y los textiles bordados con una precisión impresionante. Si eres de lxs que siempre dicen que sí a un ‘antojito’ dulce, aquí probarás el mejor pan dulce horneado en horno de leña y dulces típicos elaborados a base de jocoque no podrás dejar de comer. Además, el entorno natural es rico en ríos y cascadas, como el Río Olla, el Río Hoja y la Cascada Chorro Conejo.

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