Los Pueblos Mágicos de México han sido reconocidos como tal por su enorme valor cultural e histórico. En muchos casos, un pilar fundamental de ese legado es la gastronomía, a través de la cual se reflejan las tradiciones, prácticas y costumbres de una sociedad. Si quieres darte una escapada de fin de semana para ‘pueblear’ a gusto, descubrir las diferentes facetas de nuestro país y de paso comer delicioso, estos pueblos gastronómicos a menos de tres horas de la CDMX son una excelente opción para tener unas vacaciones muy provechosas.
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TEPOZTLÁN, MORELOS
Además de su atmósfera espiritual y sus preciosos paisajes naturales, Tepoztlán se ha convertido en uno de los pueblos gastronómicos con mayor actividad a las afueras de la CDMX. Para empezar, en el mercado de Tepoztlán todavía se pueden degustar ingredientes típicos de la zona y muestras auténticas de la cocina prehispánica de la región. Por otro lado, la oferta culinaria en los distintos establecimientos a lo largo de sus calles empedradas es variadísima, desde cocina internacional hasta restaurantes de autor que definitivamente vale la pena visitar. Y por supuesto, no te puedes ir de aquí sin probar las clásicas ‘tepoznieves’, de todos los sabores frutales que puedas imaginar.
CHOLULA, PUEBLA
A solo dos horas de la CDMX, Cholula recibe a sus visitantes con su imponente Gran Pirámide envuelta en la vegetación de la montaña, coronada por el icónico Templo de Nuestra Señora de los Remedios. La gastronomía poblana habla por sí misma, y en el pueblo gastronómico de Cholula podrás probar lo mejor de esta cocina tan aclamada tanto a nivel nacional como internacional. Desde la comida callejera —gorditas, cemitas y memelas— hasta cenar con manteles blancos los platos más representativos y auténticos del estado, como chalupas, pipián, mole poblano y chiles en nogada.
SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO
Si bien San Miguel de Allende no es propiamente un Pueblo Mágico —pues en 2008 recibió el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO—, sí es uno de los destinos más aclamados y populares entre viajeros nacionales e internacionales. El enorme ‘boom’ de esta ciudad se debe, por un lado, a la riqueza histórica y cultural del lugar, pero también al enorme desarrollo hotelero y restaurantero que celebra la cultura vinícola y la gastronomía del estado de Guanajuato, procurando el uso de ingredientes locales en la mayoría de los establecimientos. Así pues, este lugar se merece un lugar dentro de la lista de pueblos gastronómicos debido a la enorme y variada oferta culinaria que busca siempre proponer algo nuevo y delicioso.
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REAL DEL MONTE, HIDALGO
La cocina hidalguense es una de las más apapachadoras de la República Mexicana, y aunque al pensar en Real del Monte generalmente se nos viene a la cabeza su pasado minero y las espléndidas artesanías de plata que hasta hoy se fabrican en sus talleres, al pasear por sus calles rápidamente queda claro que también se trata de uno de los pueblos gastronómicos que todo foodie debe tener en su bucketlist. Acá la comida no tiene pretenciones y, sin embargo, compite por los primeros lugares entre los platos más aclamados por el paladar mexicano con sus extraordinarios pastes, mixiotes y tamales de chile frito, así como la mejor barbacoa y consomé de borrego que comerás en tu vida. Si te encantan los dulces típicos mexicanos —desde palanquetas y pepitorias hasta ate y dulce de tamarindo como lo comías en casa de tu abuelita—, este será tu lugar feliz.
ZACATLÁN DE LAS MANZANAS, PUEBLA
Otro de los pueblos gastronómicos imperdibles del estado de Puebla es Zacatlán de las Manzanas, famoso, como su nombre lo indica, por ser uno de los mayores productores de manzana del país. Aquí también podrás probar muestras auténticas de la cocina tradicional poblana, como chalupas, mixiotes —de pollo, conejo, res y carnero—, tlacoyos, mole de guajolote y mole verde, así como una gran variedad de productos derivados de la manzana, como sidra rosada. Después de pasear la Plaza de Armas en el centro del pueblo, no olvides visitar el Mirador Barranca de los Jilgueros, pues disfrutar de las vistas desde su puente de cristal es una experiencia única, sobre todo cuando se disipa la neblina.
HUAMANTLA, TLAXCALA
Si bien el estado de Tlaxcala es pequeño, aquí encontrarás una de las cocinas con mayor diversidad y legado culinario del territorio nacional. Para probarla, basta con manejar un par de horas hacia el pueblo gastronómico de Huamantla, cuya arquitectura plagada de haciendas, ermitas y casas coloridas de estilo afrancesado suele ser testigo de festejos populares e increíbles restaurantes donde todavía se cocinan recetas de la época prehispánica. Uno de los platos más representativos del lugar es el mole de matuma —un mole espeso preparado con carne de res, chile guajillo, canela, clavo y semillas de cilantro, servido con tamales azules o morados—, así como el chicharrón en salsa de tecol y los escamoles a la mantequilla. La bebida insignia del estado es el pulque, y aquí podrás probarlo después de recorrer las haciendas pulqueras y conocer el proceso de elaboración de este destilado.
