8 Pueblos Mágicos que te quedan muy cerca si vives en el Norte de la CDMX (puedes ir y volver en un día)

En México existen más de una centena de Pueblos Mágicos que resguardan el patrimonio cultural y natural del país, y muchos de ellos se encuentran en el Valle de México. Con el verano aproximándose, las vacaciones se sienten en el aire y prolifera esa emoción por salir a explorar los lugares más encantadores y tranquilos para desconectarse de la rutina. Sin embargo, sabemos que no siempre es tan fácil planear viajes largos y todo lo que conlleva: reservar hoteles, organizarnos con las mascotas, hacer presupuestos y pedir días en el trabajo. Afortunadamente, con estos ocho Pueblos Mágicos a dos horas o menos del Norte de la CDMX no tendrás que preocuparte por todo aquello, pues puedes ir y volver en un solo día.

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TEPOTZOTLÁN

Si vives en el Norte de la CDMX, sobre todo hacia el Poniente, puedes llegar a Tepotzotlán en menos de una hora. Este Pueblo Mágico del Estado de México se encuentra en las faldas del ‘cerro de dos cabezas’ y es un destino precioso para pasar un día lejos del ajetreo de la ciudad, sin alejarse demasiado de casa. En este precioso pueblo colonial se conserva un encanto de antaño que te sorprenderá en cada una de sus esquinas, sobre todo en el Museo Nacional del Virreinato y el acueducto. Para lxs amantes del ecoturismo, puedes pasar un gran día en el Parque Ecológico Xochitla (solo recuerda verificar que esté abierto) o vivir una aventura entre ríos y vegetación endémica en el parque estatal Sierra de Tepoztlán.

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ZEMPOALA

Otra excelente opción para viajar más cinco siglos al pasado en menos de dos horas es este Pueblo Mágico en el estado de Hidalgo. Con sus acueductos coloniales y sus haciendas pulqueras envueltas por el bosque de Tlajomulco, la historia de este territorio se remonta a los tiempos de los teotihuacanos, los toltecas y los chichimecas, pasando por la época colonial cuyos vestigios pueden observarse en el Ex-convento de Todos Santos, construido hacia finales del siglo XVI. Otro punto destacable de Zempoala es su gastronomía, pues cuenta con la denominación de ‘Pueblo con Sabor’ otorgada por el Estado por conservar platillos de la región, los cuales puedes degustar en el tianguis dominical.

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VILLA DEL CARBÓN

Si necesitas un día para reconectar con la naturaleza, este Pueblo Mágico del Estado de México, hora y media al Norte de la CDMX, es la mejor opción. Además de sus calles tranquilas llenas de iglesias y mercados, Villa del Carbón es famosa por sus riquezas naturales como la presa de Taxhimay o el cerro de La Bufa. Aquí se puede practicar bici de montaña, cabalgata, campismo, canotaje, escalada, kayaking, pesca deportiva, trekking y motocross, además de admirar las vistas más impresionantes desde las tirolesas que atraviesan sus valles.

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ACULCO

Si estás cansadx del calor de la CDMX, solo tienes que manejar dos horas para encontrarte con este precioso Pueblo Mágico escondido entre peñas, bosques y cascadas en el Estado de México será tu refugio. Con climas de montaña y lluvias la mayor parte del año, Aculco destaca por sus paisajes naturales e históricos, pues la zona ha sido habitada desde el año 10 d.C., cuando el pueblo otomí llegó a la zona, y posteriormente fue conquistada por los mexicas, cuyo legado cultural sigue muy presente. Por otro lado, el Balneario municipal y las impresionantes caídas de las cascadas La Concepción y Tixhiñu son una parada imperdible para lxs amantes de la naturaleza.

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EL ORO

Como su nombre sugiere, el esplendor de este Pueblo Mágico en el Estado de México viene desde los tiempos de las grandes minas en la época colonial. A pesar de que la industria minera desapareció del pueblo hace tiempo, aun se conserva la gloria de ese entonces inmortalizada en la arquitectura neoclásica y los edificios señoriales que se yerguen majestuosos a lo largo de sus callecitas empedradas, rodeadas de bosques de pino y cedro que le dan una atmósfera de ensueño. Entre las riquezas naturales de este lugar a tan solo dos horas al norte de la CDMX son la Presa Brockman —ideal para hacer un picnic y dar un paseo— y el santuario de la mariposa monarca La Mesa, que se cubre de negro y naranja cada año entre octubre y marzo.

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MINERAL DEL MONTE

Por su encanto histórico y paisajes pintorescos, este es uno de los grandes emblemas turísticos del estado de Hidalgo. Su pasado minero se adivina desde el nombre, pero podrías deducirlo con solo caminar por sus calles empedradas y recorrer su Centro Histórico, donde abundan las construcciones de estilo inglés y con un kiosko y jardín central. Además, podrás explorar los museos de sitio Mina de Acosta y Mina de la Dificultad, donde aprenderás más sobre el pasado minero del pueblo.

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MINERAL DEL CHICO

Este es otro de los pueblos de Hidalgo a menos de dos horas de la CDMX que esconde montones de tesoros naturales, ideal para practicar senderismo y pesca deportiva. El Parque Nacional Mineral del Chico es un sueño para lxs amantes del ecoturismo, desde quienes disfrutan de los deportes extremos —como rapel, kayak y bici de montaña— hasta quienes buscan un plan más relajado —senderismo, pesca deportiva y glamping—. Si decides visitar el lugar, no olvides empacar una buena canasta de picnic para tener el día más revitalizante en contacto con la naturaleza y volver justo a tiempo para la hora de la cena.

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HUASCA DE OCAMPO

Finalmente, Huasca de Ocampo es otro de los Pueblos Mágicos por excelencia que vale la pena salir a recorrer en uno (o más) día. Es una gran oportunidad para conocer los preciosos paisajes naturales de la zona, dentro de los que destacan los Prismas Basálticos —una formación rocosa creada por lava solidificada que forma preciosas cascadas que te robarán el aliento— y el Bosque de los Duendes, así como conocer las haciendas históricas y comprar artesanías de alfarería colorada típica de la región, como vajillas de barro, platones, cazuelas, entre otros. Si te decides a pasar la noche aquí, la Hacienda Santa María Regla es un hotel que combina un encanto natural y una historia que se remonta al siglo XVIII, perfecto para disfrutar una estancia llena de actividades y contacto con la naturaleza.

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