Canadá es un destino que amerita más de un viaje. Vancouver, Toronto, Montreal Whisler: hay varias ciudades y pueblitos con mucho encanto e historia que sin duda merecen una visita. Sin embargo, hay un sitio del que tendríamos que estar hablando más: la Ciudad de Quebec. La que empezó siendo una de las pocas ciudades amuralladas del continente, así como uno de los poquísimos territorios donde se habla francés en América, hoy es un lugar vibrante donde confluyen varias culturas y, sin embargo, las tradiciones se mantienen vigentes. Aquí te contamos algunas de las razones por las que sí o sí tienes que conocer la Ciudad de Quebec por lo menos una vez.


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Para caminar por sus calles históricas
¿Sabes qué tienen en común la Ciudad de Quebec y Campeche? Que son las únicas ciudades amuralladas de Norteamérica y son Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por supuesto, fuera de esto, ambas ciudades son dos polos opuestos, empezando por el clima y por el hecho de que una la construyeron los españoles y la otra, los franceses. Conocida como ‘la vieja Quebec’, la ciudad tiene más de 400 años y la mejor forma de recorrer sus calles adoquinadas es a pie. Vale la pena caminar por Petit-Champlain, uno de los pasajes comerciales más antiguos del continente, y conocer la marina de Old Port, las Llanuras de Abraham y la Colina del Parlamento.


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Por su gente cálida y cultura vibrante
Si por algo se caracterizan los canadienses, es por su trato amable y su calidez a pesar de las bajas temperaturas de su tierra. Los quebequenses no son la excepción, e incluso nos atreveríamos a decir que son aún más amigables y entusiastas que en otras regiones de Canadá. Y es que aunque el clima sea inclemente, su gusto por salir a pasear y disfrutar de la ciudad no disminuye. De ahí que sea común encontrar festivales, happenings, exposiciones, obras de teatro y todo tipo de eventos, varios de ellos gratuitos. No importa la temporada del año, siempre encontrarás una cartelera cultural y de entretenimiento bastante activa.


Para probar su gastronomía reconfortante
Basta con explorar la cocina típica de Quebec para empezar a entender el buen humor y el corazón alegre de los quebequenses. Platos sustanciosos, porciones abundantes y recetas diseñadas para mantener al cuerpo y al alma calentitos. Por supuesto, no hay platillo más emblemático de Canadá que el Poutine —la esencia son papas a la francesa bañadas en gravy y queso cottage, pero existen montones de variantes—, pero también debes probar el Paté Chinois —pastel de carne—, la Sopa de Garbanzos, las Croquetas de Paté a la Viande —croquetas de cerdo molido con queso cheddar— y el Chutney de frutas y tomate, entre otros clásicos de la cocina quebequense. Para una experiencia auténtica y deliciosa en la Ciudad de Quebec, te recomendamos visitar La Buche, un restaurante que recrea la atmósfera acogedora de las clásicas ‘sugar shacks’, pero con un giro moderno y cautivador.
Sitio Web: restolabuche.com


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Para conocer las Sugar Shacks
Pocas cosas más emblemáticas de Canadá que la miel de maple, pero pocos saben que toda la cosecha del año se lleva acabo en la época del deshielo entre el invierno y la primavera. Si quieres visitar Quebec en su momento más mágico, entonces tiene que ser precisamente en esas fechas —sobre todo entre marzo y abril—. Y es que en ese momento puedes ir a conocer las Sugar Shacks, donde se produce la miel de maple de forma tradicional, como lo hacían los indígenas canadienses desde hace varios siglos. Por supuesto, se trata de una experiencia completa con música de acordeones y armónicas, paseos en trineo, recorridos por el bosque y comida apapachadora con mucha miel. A las afueras de la Ciudad de Quebec encontrás varias opciones súper auténticas.

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