Cuando era niña, mi mamá nos construyó a mis hermanos y a mí una pequeña biblioteca de clásicos infantiles. Entre mis favoritos destacaban Alicia en el País de las Maravillas y Los cuentos de Peter Rabbit. Conforme fui creciendo, Harry Potter, Las crónicas de Narnia y El Señor de los Anillos acompañaron mi paso por la primaria y la secundaria. Eventualmente, descubrí las novelas de Jane Austen. A pesar de nunca haber puesto un pie en Gran Bretaña, mi mente no paraba de construir escenarios boscosos, trenes que atraviesan los valles, pintorescos pueblitos medievales y enormes castillos de piedra que, para mí, pertenecían al reino de la fantasía. Y es que aunque sé que el país es mucho más grande, llevo años soñando con pasar un verano en Somerset y descubrir esa magia inglesa de la que tanto he leído.


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Un rincón encantador en el suroeste de Inglaterra
Quizá la razón principal por la que sueño con visitar Somerset es que, además de ser el escenario de montones de clásicos de la literatura inglesa, es un sitio que combina belleza natural, historia y mucha identidad local. Desde visitar los pueblos de Wellington, Glastonbury, Dunster y Wells, hasta probar delicias locales como la cidra y los quesos traídos directamente de las granjas, quizá lo más emocionante es la facilidad con la que puedes sumergirte en el lado más auténtico de la cultura británica.


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Conocer los Baños Romanos
Los Baños Romanos en Bath son, sin duda, uno de los grandes imperdibles en Somerset, sobre todo si amas la historia. Estas ruinas termales datan de los primeros años de dominio romano en Inglaterra, pues se construyeron entre los años 60 y 70 d.C. En la antigüedad, en este sitio se adoró a la diosa Minerva, y aunque ya no es un lugar de culto, las aguas termales siguen llenando las grandes albercas. Por supuesto, también hay un museo de sitio donde se exhiben las piezas que se encontraron durante las excavaciones del lugar, incluyendo una cabeza de bronce de Minerva.


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Pasar el día en Bath
Además de visitar los Baños Romanos, vale la pena dedicarle un día entero a conocer Bath durante tu viaje por Somerset. Por supuesto, la Abadía de Bath es uno de los principales sitios de interés, pues además de ser una de las grandes joyas del gótico inglés, sino que además todavía se puede ir a escuchar cantar al coro en vivo. Por supuesto, tampoco me puedo perder The Jane Austen Centre, el cual recrea la vida durante la época de la Regencia —la moda, la comida, la sociedad—, es decir, todo aquello que inspiró las novelas de Austen.

Otro de los sitios que muero por recorrer es el Puente de Pulteney, el cual se construyó en el siglo XVIII y cruza sobre el río Avon, con la particularidad de que es uno de los poquísimos puentes en el mundo que están flanqueados por tiendas a ambos lados. Muy cerca de ahí se encuentra la Victoria Art Gallery, la cual abrió sus puertas en 1900 y alberga una colección de pinturas, esculturas y artes decorativas que se puede visitar de forma gratuita.


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Recorrer Wells a pie
Otra de las paradas que sí o sí hay que hacer en Somerset es el pueblo de Wells. Conviene comenzar la visita en la Catedral de St Andrew, otro tesoro gótico que se alza imponente en el corazón del pueblo. De ahí, es posible caminar a The Bishop’s Palace and Gardens, donde por 800 han vivido los obispos de Bath y Wells y que ahora está abierto al público, con recorridos guiados gratuitos, música y teatro al aire libre, talleres de jardinería e incluso una cafetería para tomar el té por la tarde. Muy cerca de ahí se encuentra Vicar’s Close, una calle medieval construida en 1350 para al coro de párrocos que cantan en la catedral. De hecho, se trata de la calle medieval más antigua de Europa que todavía cumple con su función original.


Subir a Glastonbury Tor
Aunque en apariencia podría no llamar demasiado la atención, Glastonbury Tor es uno de los sitios más sorprendentes de Somerset. Se trata de una colina de pastos verdes coronada por la torre de la iglesia de San Miguel. Si te gusta la historia, sabrás que este sitio fue testigo de ritos paganos y los inicios del cristianismo. Una vez ahí, también puedes aprovechar para conocer el pueblo de Glastonbury, pues aunque es pequeño, tiene mucho encanto.


Visitar Montacute House y los jardines de East Lambrook Manor
Si bien el trayecto hasta Montacute House puede ser un poco más largo —aproximadamente una hora en auto desde Bath—, sin duda vale la pena hacer un espacio en el itinerario para conocer este sitio en el sur de Somerset. Se trata de una mansión de los últimos años del periodo isabelino, un ejemplo del paso de la arquitectura gótica de la época medieval hacia un estilo más renacentista. A solo 15 minutos de ahí se encuentra East Lambrook Manor, un lugar famoso por sus espectaculares jardines, los cuales datan del siglo XX y conviven con una clásica cabaña inglesa del siglo XVII donde puedes tomar el té por las tardes.


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