Si bien la frontera de México con Estados Unidos es una de las más largas del mundo, las fronteras al sur del país son la puerta para descubrir países llenos de vida y un legado cultural y natural fascinante. Guatemala es un destino espectacular repleto de tesoros que vale la pena conocer. El vuelo desde la CDMX hasta la Ciudad de Guatemala dura tan solo dos horas (es decir, más o menos lo mismo que a Cancún), y cuando descubras todas las virtudes que ofrece nuestro vecino del sur, te preguntarás por qué no lo habías visitado antes.
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Por su gran legado maya
Si eres amante de la historia y la arqueología y no te cansas de visitar los sitios arqueológicos de Yucatán, Guatemala te fascinará con sus impresionantes ciudades mayas, entre las que destacan el centro ceremonial de Yaxhá —un tesoro secreto ubicado dentro de la Reserva de la Biósfera Maya— y la imponente ciudad de Tikal —que se convirtió en una de las ciudades más importantes entre los siglos III y X d.C., y que hoy está catalogado como Patrimonio de la Humanidad—, ambos en el departamento de Petén, al norte de Guatemala. Otra de las grandes joyas del mundo maya que resguarda este país es Quiriguá, también considerado Patrimonio de la Humanidad por sus increíbles estelas talladas en piedra, algunas de las cuales llegan a medir hasta diez metros.
Para relajarte en un lago rodeado de volcanes gigantes
Recordemos que Guatemala tiene una ubicación privilegiada en Centroamérica, con extensas áreas verdes, lagos y zonas montañosas. Uno de los destinos predilectos entre quienes buscan reconectar consigo mismos es el Lago Atitlán, situado a 1500 metros sobre el nivel del mar, rodeado de volcanes que se alzan hasta los 3000 metros de altura y que proveen las vistas más espectaculares. Se recomienda dedicar al menos un par de días a recorrer sus caminos panorámicos y los distintos pueblitos que se acomodan a sus orillas, como San Juan La Laguna, San Marcos La Laguna —famoso por su atmósfera hippie—, o las aldeas Santa Catarina Palopó y San Antonio Palopó.
Para conocer Semuc Champey
Este espectacular parque natural merece una mención aparte, pues aunque el viaje es largo, definitivamente vale la pena para descubrir el que muchos consideran como el lugar más bonito de todo Guatemala. Escondido en el corazón del país, Semuc Champey revela caídas de agua que resultan en espectaculares pozas naturales de un turquesa que contrasta contra los verdes vibrantes de la selva que las rodean. En tu visita, no olvides darte una vuelta por el mirador para admirar las vistas desde arriba, ni tampoco visitar las Grutas de Lanquín.
Para recorrer las aguas de Río Dulce
Si ya conoces el Cañón del Sumidero en Chiapas, definitivamente amarás recorrer las aguas tranquilas de Río Dulce, las cuales se abren paso entre las paredes de roca del cañón para revelar un paraíso natural repleto de vegetación tropical. Este fue uno de los primeros Parques Nacionales de Guatemala, pues la riqueza del ecosistema es sencillamente inigualable, siendo el hábitat de especies en peligro de extinción como el manatí. En el punto donde Río Dulce desemboca en el Lago de Izabal se encuentra el Castillo de San Felipe, una fortaleza española de la época colonial construida para protegerse de los piratas que navegaban por las aguas del Caribe.
Porque Antigua Guatemala es Patrimonio Cultural de la Humanidad
Hay ciudades tan mágicas que vale la pena tomar un avión solo para ‘callejonear’ por sus calles serpenteantes y descubrir la historia que susurran sus edificios. Tal es el caso de Antigua Guatemala, una ciudad colonial fundada el 1543 y que hoy en día es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Con sus coloridos edificios del siglo XVI y las sobrecogedoras vistas de los volcanes que la rodean, esta ciudad parece congelada en el tiempo y conserva un encanto muy particular que conserva la autenticidad a pesar de recibir a miles de turistas. Entre los edificios que no te puedes perder destacan la Catedral de Santiago, los conventos de Santa Clara, Santo Domingo y las Capuchinos, el Arco de Catalina y el Mirador del Cerro de la Cruz.