No es un secreto que la gastronomía oaxaqueña es considerada una de las mejores cocinas de México y hasta del mundo entero. Y es que la creatividad de sus platos, el uso de ingredientes de primera calidad y, por supuesto, la sazón son tres de sus grandes pilares y la razón de su éxito. Y aunque actualmente existen un sinfín de restaurantes que gozan de gran reconocimiento, hay uno en la costa oaxaqueña que se destaca por su cocina de autor.
Se trata de Almoraduz, un restaurante en Puerto Escondido ubicado a tan solo 13 minutos – en coche – de la playa de Zicatela. Este rincón gastronómico cuenta con el respaldo y la expertise de los chefs Quetzalcóatl Zurita y Shalxaly Macías, quienes desde el 2013, crearon un espacio para enaltecer la gastronomía contemporánea oaxaqueña. Tras once años de arduo trabajo y un reconocimiento por parte de la Guía Michelin, los cocineros no dejan de sorprender con una carta siempre renovada.
Tanto así que Almoraduz – nombre que proviene de una planta aromática y que solía ser el ingrediente secreto de sus salsas –, recientemente ha lanzado un nuevo menú de verano que promete ser el factor hipnotizante dentro de este restaurante en Puerto Escondido. El menú degustación consta de 10 tiempos y es una cuidadosa selección de los platos predilectos del chef Zurita. Para empezar se sirve a la mesa unas botanas como aperitivos, seguido de un crudo de pescado perfumado con echalotes y una emulsión de hinojo, vainilla y limón amarillo.
Para el tercer tiempo se ofrece una tostada de papada con cerdo confitado, acompañada de guacamole con albahaca, chapulines y chile tuesta. Para el cuarto plato, este restaurante en Puerto Escondido apuesta por la pesca del día, acompañada con chimichurri y una guarnición de falso risotto de papa en ensalada. Posteriormente se sirve un mole coloradito que se sirve con lechón confitado, puré de camote y ensalada.
Para finalizar, el menú degustación concluye con dos postres, uno de ellos varía según los ingredientes del día y, por ende, de temporada. El otro son unas fresas criollas flameadas con romero y un aromático helado de lavanda. Cabe destacar que para maridar hay una cuidadosa selección de botellas de la cava, en las que sobresalen vinos mexicanos, internacionales y hasta mezcales. Y, por supuesto, su cóctel insignia ‘Hibicus Tchai’, elaborado con mezcal espadín, flor de jamaica, guayaba y cardamomo.