La gastronomía de la Península Ibérica es un deleite sensorial mundialmente aclamado no solo por su variedad, sino también por su honestidad y por ser una cocina que verdaderamente refleja la cultura en la que se origina. Y no nos referimos únicamente a la cocina española, sino también a la enorme tradición culinaria que se desarrolla en Portugal, un país bañado de norte a sur en las costas del Atlántico, obteniendo así los mejores insumos marinos que se pueden encontrar. Para compartir la gastronomía lusitana con los habitantes de la CDMX, Casa Portuguesa abrió sus puertas hace más de 25 años como el restaurante portugués más célebre de la capital mexicana, en el que se honran y celebran las costumbres culinarias y culinarias del país en el extremo oeste del continente europeo, desde la comida hasta los fados.
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La cocina de la chef María Da Silva es una fiesta, pero también un banquete con un toque de nostalgia que recuerda con cariño las recetas familiares y tradicionales, y se permite experimentar con ellas y hacerlas propias. Recorrer el menú de este restaurante portugués es casi como recorrer el país de punta a punta, desde las ‘sardinhas assadas’ típicas de Lisboa, pasando por el pulpo a lagareiro —asado a las brasas con espinaca y papa— y el arroz con mariscos que trazan la abundancia de las costas lusitanas, para finalmente desembocar en Porto, con una contundente ‘francesinha’ para soportar los inviernos del norte.
Casa Portuguesa abre desde temprano para recibir a sus comensales para el desayuno con pan de la panadería Da Silva —cuyo local independiente se ubica a unas cuantas calles y se ha vuelto archi-popular por la calidad de sus productos—, o bien un Tostado Francés un poco más sustancioso para endulzar el día desde el inicio. Un poco más entrada la tarde, no te olvides de probar la coctelería creativa que el mixólogo Khristian de la Torre diseñó específicamente para este restaurante.
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Evidentemente, en este restaurante portugués no podían faltar los mejores mariscos con recetas respaldadas por años de tradición. No te puedes ir sin probar la ‘caldeirada marinheira’ —pescado, mejillón, almeja, calamar, camarón, pimientos, jitomate y papa en su jugo—, ni mucho menos el clasiquísimo bacalao portugués, que puede ser ‘bacalhau com natas’ —lascas de bacalao con papa, nuez moscada, cebolla, natas y queso gratinado— o bien el bacalao silvestre —lomo de bacalao horneado a las brasas, con alcachofa, espárragos, palmitos, crimini y jitomate deshidratado—.
Por más de 25 años, Casa Portuguesa se ha dedicado a difundir lo mejor de la cultura lusitana en México, y eso no se limita a la gastronomía, sino que también se buscan compartir tradiciones tan arraigadas como los fados. Aunque no hay una fecha en concreto para celebrar las noches de fados —que se maridan de maravilla con una copa de vino verde—, cada determinado tiempo un grupo de músicos se presenta en este restaurante portugués para amenizar la noche con su canto triste y melancólico pero lleno de emoción, con canciones que hablan sobre la soledad y el ir y venir de los barcos en altamar.
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